Frank Mayer
Por Frank Mayer
- Revisado por Josep Arias

La curva de la felicidad
(Con permiso... )

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Efim Bogoljubov 1889-1952Efim Bogoljubov Nacido en 1889 † 1952

1ª anécdota:

El Gran Maestro Efim Bogoljubov había engordado. Ossip Bernstein, otro importante jugador francés de origen ruso-ucranio, que no lo había visto desde hacía algún tiempo, le dijo: “Cómo ha cambiado colega, ahora sí que parece un auténtico peón doblado.”
Nota: “¡Acertó en plena diana!”

Nació en 1889 en un pueblo cerca de Kiev (Ucrania).

Después de asistir a un seminario religioso en su pueblo natal, cambió a los estudios politécnicos. En esta época se inició en el ajedrez.

Desde el año 1909 participó en torneos locales y nacionales rusos.

Su ingreso en el escenario ajedrecístico internacional en Mannheim (Alemania), 1914, fue abortado repentinamente por el estallido de la 1ª guerra mundial.

Los participantes rusos fueron internados en Triberg, una pequeña ciudad de la Selva Negra, donde no tenían otro entretenimiento que el ajedrez.

Posteriormente, Bogoljubov se casó con una “tribergesa” y se estableció en la misma ciudad.

2ª anécdota:

Al ganar por delante de toda la elite mundial el torneo de Bad Pistyan en 1922, se consagró como uno de los mejores jugadores y se aseguró más invitaciones a eventos internacionales. Además, recibió una cuantiosa suma de dinero como premio.

Inicialmente, pensó comprar un abrigo de visón para su esposa. Pero, a la vista de la galopante inflación en Alemania, el matrimonio se decidió por una inversión más sólida. Así, pues, adquirieron una casa en Triberg y en ella establecieron una pensión con el nombre de “Haus Bogoljubov”. Por cierto, que el edificio todavía existe hoy.
Nota: “¡Un matrimonio con visión de futuro!”

Durante los años posteriores a la guerra, participó en eventos ajedrecistas con fortuna variable.

Sus triunfos más valiosos los consiguió en 1925 en el torneo internacional de Moscú, que ganó por delante de Lasker y Capablanca y en Bad Kissingen 1928, nuevamente por delante de Capablanca.

Su mejor Elo histórico lo alcanzó en 1927 con 2.768 puntos. Durante un breve período ocupó el número uno del ranking mundial.

Alekhine, Lasker y Bogoljubov en 1934
Alekhine, Lasker y Bogoljubov en 1934. Caricatura de Bogoljubov

Dos veces cruzó los sables con Alekhine, pero en ambas ocasiones perdió de forma clara: 1929 con 5:11=9 y 1934 con 3:8=15.

En el año 1929 se le concedió la nacionalidad alemana.

Más tarde, en la Alemania “nazi” encontró un gran apoyo en la Federación de la región de Baden, mientras que la Federación estatal alemana, que daba mucha importancia a la “limpieza étnica”, bloqueó su participación en torneos nacionales.

Por esta razón, “Bogol” - como le llamaban afectuosamente sus amigos -, a pesar de su clase extraordinaria, sólo pudo proclamarse campeón de Alemania en cuatro ocasiones: 1925, 1931, 1933 y 1949.

3ª anécdota:

Después de la 2ª guerra mundial apareció en los titulares de la prensa, al reivindicar para sí, ingenuamente, el título mundial que había dejado vacante, al fallecer, el campeón Alexander Alekhine.
Nota: “¡Así de fácil!”

En aquella época, su nivel de juego ya había bajado notablemente, de manera que nadie tomó en serio su demanda. La FIDE pasó por alto el tema al programar el torneo por la corona mundial en 1948.

No obstante, Bogoljubov figuró entre los más importantes jugadores del siglo XX.

Pero sobre su figura se proyectó siempre la sombra de un rival superior: el ruso Alexander Alekhine.

El elemento de Bogoljubov era la iniciativa, el ataque planteado con temperamento e ímpetu.

Por otra parte, le distinguió una cierta indolencia, una sobre-valoración de sus posibilidades e incluso, a veces, una despreocupación visible.

Escuela de Ajedrez, 1944
Uno de sus libros: "Escuela de Ajedrez". 1944

4ª anécdota:

Durante el torneo de Bled (Eslovenia) en 1931, Bogoljubov anunció a su adversario Aszatlov un mate en dos jugadas y finalmente se tuvo que aplazar la partida en una posición desventajosa para Bogoljubov.”
Nota: “Su contrincante pudo decir: “¡Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud!”

5ª anécdota:

Por supuesto, era famoso por su afición al humor fácil y, a veces, grosero. Esta incidencia ocurrió tras la disputa de una partida con el Doctor Tarrasch, en la que Efim logró vencer al alemán.

Se dio la triste circunstancia de que, a los pocos días, Tarrasch falleció. ‘Bogol’ publicó la partida y no se le ocurrió otra cosa que titular el artículo con la siguiente frase: “La partida que mató al Dr. Tarrasch.”
Nota: “¡Verdaderamente macabro!”

6ª anécdota:

Creyendo en Díos y en sí mismo, dijo: “Si tengo las blancas, ganaré por llevar las blancas y si tengo las negras, ganaré por ser Bogolubov.”
Nota: “¡Era modesto como la violeta!”

Murió el 18 de junio de 1952, inmediatamente después de un torneo internacional en Belgrado, dejando viuda y dos hijas.

El matrimonio está enterrado en Triberg. En la foto adjunta puede advertirse que la familia cuida afectuosamente la tumba.

Tumba Bogoljubov en Triberg

Hasta aquí un poco de su vida.

Ahora volvemos a los titulares y nos preguntamos por qué “La curva de la felicidad” (con permiso...)

Shakespeare, en su inmortal tragedia, nos recordaba la famosa frase de Julio César hace más de dos mil años:

“¡Quiero rodearme de gordos!”

Y lo explicaba así: “Los gordos no tienen mucha masa muscular, sino mucha grasa. Esto les hace sociables y tratables”.

Lo dijo a raíz de sus múltiples visitas a los baños termales en la Roma de su época. Así como refleja la imaginación de un pintor de la historia romana:

Baños termales romanos
Baños termales romanos y dibujo imaginativo de los baños romanos

Durante sus sesiones en los baños, César conversaba libremente con los amigos (el murmullo de las aguas desvanecía el riesgo de ser escuchado por oídos indiscretos) y planificaba las estrategias del ajedrez político. Por eso prefería rodearse de hombres gordos y felices. (A diferencia de Rajoy, que se rodea de flacos repletos de mala leche = un comentario del revisor).

Efim Bogoljubov fue un carácter de este tipo: gordo, tratable, sociable, divertido, humorístico y feliz.

Por este motivo, fue querido y admirado por los aficionados de todo el mundo.

Frank Mayer - Revisado por Josep Arias
Barcelona, en septiembre de 2006
Maquetación: Antón Busto

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