Frank Mayer
Por Frank Mayer
- Revisado por Salvador Aldeguer

Buscando las huellas de Atahualpa
El 13º y último emperador Inca

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AtahualpaFrancisco PizarroAtahualpa 1502 - † 1533
El 13º y último emperador Inca

Con motivo de un reciente viaje a El Perú, comprobamos que, para un amante de la historia de ajedrez, no existe un obstáculo suficientemente molesto y difícil como para dejar de investigar también un lugar como Cajamarca, al norte del País (unos 850 km por carretera desde Lima en dirección norteña, altitud 2.750 m, población aprox. 155.000 habitantes).

Por cierto, Cajamarca fue distinguido en 1986 por la Organización de Estados Americanos como Patrimonio histórico y cultural de las Américas y figura en la lista oficial para ser declarada su centro histórico como Patrimonio de la Humanidad.

En los archivos correspondientes encontramos las huellas de Atahualpa.

Atahualpa fue hijo de un Emperador  y según los cronistas españoles más destacados, como Pedro Cieza de León y Juan Díez de Betanzos, coinciden en señalar que Atahualpa era hijo del Inca Huayna Cápac con una coya cusqueña y, además, era nacido en el Cuzco.

Una vez fallecido el padre, sus sucesores Atahualpa y su hermanastro Huáscar, se enzarzaron en una lucha fratricida por el dominio del trono del Imperio Inca, degenerando en una  guerra civil.

Pero el principio de su fin comenzó con la llegada del conquistador Francisco Pizarro y la captura de Atahualpa el 16 de noviembre de 1532.

Los españoles pidieron un rescate a Atahualpa por su liberación, comprometiéndose este a llenar la estancia en la que permanecía preso una vez de oro y dos veces de plata y piedras preciosas, ‘y hasta donde alcanzara su mano, la gran estancia en la que se hallaba preso’. 

Estancia Atahualpa
Vista exterior e interior de la estancia. Cajamarca. Perú

Debieron haberse tratado de unas 17-18 t de oro y plata, que se recogieron en todo el país y las amontaron en la celda.

Inscripciones Atahualpa
Inscripciones en en interior de la estancia. Cajamarca. Perú

En cierto modo: el rescate más elevado de la historia.

Sin embargo, Atahualpa fue ejecutado y según su deseo mediante el garrote en el año 1533, porque no quiso morir incinerado por perder la oportunidad de seguir viviendo en el más allá.

Atahualpa fue ejecutado en la plaza donde ahora se sitúa la piedra fundacional, de forma octogonal, que data del siglo XVII. Figuró entonces como una pileta que se ha transformado en una fuente.

Plaza de las Armas
Aspecto actual de la Plaza de las Armas. Cajamarca. Perú

Durante su encarcelamiento por los españoles, Atahualpa aprendió a jugar al ajedrez y de este hecho parte el siguiente artículo, magníficamente elaborado por el Profesor Mario Valverde López de Costa Rica, que nos permitimos reflejar de forma resumida con su oportuna autorización como sigue:

El Gambito Atahualpa”

Con el proceso de transculturación que se inició con la llegada del europeo a América, les llegó el milenario juego del ajedrez y que en aquel entonces sirvió para que los conquistadores se entretuvieran en sus ratos de ocio en aquel ambiente agreste de exótica naturaleza americana.

Entre los territorios que más despertaron la ambición de los españoles, estuvo el  Imperio de los Incas en la América del Sur y cuya conquista la culminó Francisco Pizarro, mientras el líder de los Incas fue su monarca Atahualpa, y es a ese hecho histórico al que haremos referencia en este trabajo.

La historia de Atahualpa y su cautiverio es harto conocida, pero existe un momento de la misma en que la leyenda y la tradición se confunden con el hecho histórico de los últimos momentos del Monarca Inca. Es esta tradición la que nos dice que ante el noble cautivo, sus guardianes jugaban al ajedrez y que éste, de tanto verlos, aprendió a jugarlo en su cautiverio de Cajamarca. Parece ser, que el último tramo de la vida de Atahualpa como prisionero estuvo marcado por el tablero.

Varios fueron los conquistadores que se reunían a jugar al ajedrez en presencia de Atahualpa. Ahí estuvieron Hernando de Soto, Juan de Roda, Francisco de Chaves, Blas de Atienzu y el Tesorero de la expedición que se llamaba Riquelme. Diariamente se reunían en Cajamarca, en la estancia que desde el 15 de noviembre de 1532 servía de prisión a Atahualpa, quien para no aburrirse permanecía muy cerca de los españoles, pero principalmente sentado al lado de su protector y amigo Hernando de Soto. Más lo imprevisto sucedió un día…cualquiera del cautiverio.

Piezas de Ajedrez Atahualpa
Piezas de ajedrez Atahualpa

Riquelme jugaba contra Soto y estaba por ganar la partida y cuando Soto quiso mover su caballo, Atahualpa tomó su brazo y le dijo: “¡No, Capitán, no…!, ¡El Castillo, el Castillo!” Soto ganó la partida al final y después de este suceso, ambos españoles, Soto y Riquelme invitaban a Atahualpa a jugar, pero generalmente este rehusaba hacerlo porque decía que jugaba muy poquito y cuando lo hacía, parece que su respuesta preferida a la movida 1.e4 era 1…f5¡? dando origen al gambito que lleva su nombre.

¿Es entonces el Gambito de Atahualpa, la primera apertura de ajedrez americano? Es aquí donde la historia no nos dice nada, solo la tradición…

La misma tradición nos hace suponer que aquel desliz que tuvo Atahualpa cuando Soto y Riquelme jugaban, le costó la vida, pues en el famoso Consejo de los 24  jueces convocado por Francisco Pizarro para juzgarlo, se le impuso la pena de muerte con trece votos a favor y once en contra.

Los funerales de Atahualpa
Luis Montero: Los funerales de Atahualpa. Museo del Arte. Lima. Perú

¿Fue Riquelme uno de los trece en aquel nefasto día del 29 de agosto de 1533? No se sabe con certeza, se especula que tomó la revancha; lo cierto es que Atahualpa murió, pero su gambito perdura hasta el presente.

El Gambito de Atahualpa es considerado como una de las formas más extrañas, ilógica y anti-ortodoxa jugada de oposición al peón de rey blanco; es como jugar un Gambito de Rey con dos tiempos de menos y que algunos han llamado con el nombre de “Gambito de los Imbéciles”. Lo cierto es que en los libros de teoría sobre aperturas ni por asomo aparece esta línea, cuyos cimientos más bien se sustentan en estudios caseros de aquellos que lo practican. Por lo general, se utiliza en partidas de ajedrez postal y a pesar de las agrias críticas que recibe, habrá que analizarlo detenidamente a la luz de varias partidas; si el segundo jugador persiste en la idea original de este gambito, no actuará en desventaja, pues las blancas no lograrían objetivos valederos y la duda del enroque se acrecienta cuando el blanco encuentra que los dos flancos son vulnerables por parte del negro.

Miremos el siguiente ejemplo:

1.e4 f5?! 2.exf5 h5!! 3.d4 Cf6 4.c4 d5 5.Ad3 dxc4 6.Da4+ Cc6

Gambito Atahualpa
Gambito Atahualpa

¿En esta posición quién asegura que el negro está mal o que el blanco se encuentra posicionalmente superior? Quien opine lo contrario se equivoca, pues el peón de “f5” blanco está débil y caerá de inmediato; lo mismo sucede con el peón de “d4” blanco.

¿Qué el blanco no jugó bien? Erróneo, ya que la lógica movilización de los peones centrales en busca de ganar el centro para ubicar luego los caballos y los alfiles en diagonales abiertas, así lo pide. Si el blanco toma el peón de f5 el negro se liberaría pronto con e6 o e5. Se puede observar que a la jugada 6.Da4+ el negro también puede responder 6…c6 y si 7.Dxc4 Af5 y si 8.Axf5 Da5+.

Primera conclusión, ¿El Gambito de Atahualpa fue producto de una jugada irracional del Monarca Inca o no? Queda entonces el interrogante para aquellos estudiosos de la historia del ajedrez en América, dilucidar la verdad histórica. Como segunda conclusión, es, que no existen antecedentes históricos y esto lo hace más interesante.

Piezas de Ajedrez Pizarro
Piezas de ajedrez Pizarro

Existen todavía más variantes del Gambito Atahualpa, que mencionaremos en una próxima ocasión. Y todo esto ocurrió en Cajamarca, en el norte de El Perú.

Frank Mayer - Revisado por Salvador Aldeguer
En noviembre de 2006
Maquetación: Antón Busto

Fuentes:
Biblioteca nacional del Perú, Lima
Prof. Mario Valverde, Costa-Rica
Fotos Copyrigth:
Oficina de Turismo, Cajamarca
Museo de Arte, Lima
Frank Mayer, Barcelona

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