Frank Mayer
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De Néstor Quadri
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y sueño y agonías?
Jorge Luis Borges
Foto © Lautaro Fiszman
En el blanco y negro del tablero en este torneo de ajedrez, mis piezas blancas resplandecen y mi mente iluminada vuela con ellas, planteando un gambito encarnizado a las negras. Mas mis posición superior en la apertura van diluyéndose en ese vuelo, entre un errante laberinto de sutiles combinaciones. De todos modos, ya en el medio juego, aunque mis sueños van pareciendo lejanos e inalcanzables, la ansiedad de triunfo los ilumina con alguna remota esperanza.
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Sin embargo, esos sueños igual que el sol en el ocaso, van apagándose poco a poco, sumiéndome en una angustiosa inferioridad posicional. Y de pronto, entre esa misma angustia me aparece milagrosamente una variante táctica que podría conducirme a las tablas redentoras. Parecía como que en ese ocaso, surgiera un destello del sol en su agónico descenso.
Pero el hilo de la combinación me demuestra que era sólo un destello de ilusión. Las piezas negras con su mágica estrategia, comienzan a dispersar a mis blancas piezas parsimoniosamente, como si fueran hojas marchitas movidas por el azar del viento.
Y así muy lentamente, aún respirando, aún palpitando, voy llegando al final de la partida. Allí, la superioridad material de mi adversario va extinguiendo mis últimos recursos tácticos, en esa excitante partida de mis sueños primeros y agonías después.
Y es allí, cuando en completa superioridad,
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como un rayo emerge de mi adversario el grito del jaque doble demoledor. Ante ello, sólo me queda inclinar mi rey blanco en respetuoso silencio.
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Pero esa angustia es lenta y no duele demasiado, porque siempre esos sueños de triunfo volverán a iluminar mi espíritu, igual que el alba después del ocaso. Mañana reiniciaré en el torneo un nuevo y apasionante vuelo ajedrecístico, en esa blanca y negra trama inmortal de polvo y tiempo, maravillosa y sublime.
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Fuente: Néstor Quadri
Illustrado por Frank Mayer
Retoques y maquetación: Antón Busto
Sitges (Barcelona), Agosto de 2013