Frank Mayer. Por Xavier Moret – revisado por Antón Busto
Durante el verano, cuando se crean luces sorprendentes en el cielo de la isla, peregrinan algunos turistas que tienen la intención de explorar en busca de huellas de personalidades conocidas.
Una vez fallecido Neil Amstrong, por ejemplo. me cuentan que las visitas al volcán Askja han aumentado considerablemente;
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allí estaban entrenándose los astronautas antes de volar a la luna, y fue donde Armstrong debía tener ciertamente practicada la famosa frase:
"Es un pequeño paso para el hombre, un salto gigante para la humanidad..."
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Pero hay otra forma popular que no está incluida en las visitas oficiales, pero está llamando la atención de las autoridades islandesas.
Cada vez más turistas están mostrando interés en el americano excéntrico Bobby Fischer - Campeón del Mundo de Ajedrez 1972 a 1975 - y en una peregrinación a su tumba en Selfoss, a unos 60 kilómetros de Reykjavik.
¡Una vez allí, se quejan de que no hay recuerdos para comprar!
Los mitólogos, ya saben;
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La carrera de Bobby Fischer (1943-2008) despierta al menos curiosidad. Fue campeón mundial de ajedrez en Reykjavik en 1972 después de la victoria sobre el ruso Boris Spassky, que fue declarado como "El match del Siglo".
Entonces llegó la confusión, Fischer se negó a aceptar las condiciones para una nueva reunión en 1975 y por lo tanto perdió su título.
20 años después, en 1992, fue acusado por Estados Unidos de traición por haber participado en un torneo en Yugoslavia (revancha entre Fischer y Spassky),
porque el país estaba bajo un embargo de la ONU y ordenó su detención. Después de varios años prófugo, fue arrestado en Japón en 2005 y enviado a la cárcel, no para mucho tiempo, de la detención se salvó porque Islandia le concedió la ciudadanía.
Se dice mucho acerca de Bobby Fischer en Reykjavik, incluyendo el litigio a causa de su patrimonio. Incluso tenía su cuerpo exhumado por una demanda de paternidad de una chica filipina.
Pero las pruebas de ADN demostraron ninguna coincidencia.
Un muy caótico y un “ Templo a Fischer“ es la librería Bokin (en la foto), que visitó el Maestro con regularidad.
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El propietario, Bragi Kristjónsson, me dijo que Fischer durante toda la tarde pasó a leer en un rincón y dijo: 'que le recordaba a las bibliotecas de Nueva York'.
Y dice que los mitólogos sienten la presencia del Maestro entre los libros cuando están el tiempo suficiente en la librería.
Frank Mayer
Retoques y maquetación: Antón Busto
Sitges (Barcelona), Marzo de 2015