Frank Mayer. Por Sheenagh Pugh
Carl Schlechter
(* 1874 † 1918)
Elaborado por Sheenagh Pugh
(* 20.12.1950 en Birmingham)
Foto: 4bp.blogspot.com
Quiero pasear con Carl Schlechter
en el novecientos, bajar por una calle de piedra.
El sol se acaramela. Desde alguna ventana
Un piano suena suave, y los ojos tristes de Carl se encienden un poco.
Le pregunto por su ajedrez,
Por qué siempre ofrece tablas,
y él se encoge de hombros.
La nueva novela de Thomas Glavinic:
Como ejemplo les demostramos sus resultados con ocasión del campeonato del mundo contra Emanuel Lasker en 1910 como sigue:
El match sería jugado a mejor de 10 partidas, las victorias contando 1 punto, los empates ½ punto, y las derrotas 0, y acabaría cuando un jugador llegue a 5½. Si el match acabara en un empate 5 a 5, el campeón defensor (Lasker) retendría el título. Para que el aspirante obtuviese el título de Campeón Mundial, deberá ganar por un margen mínimo de 2 puntos.
Este encuentro fue lo mejor y lo peor de la carrera de Schlechter. Karl Schlechter era considerado como el rey de las tablas, por su sólido juego. Lasker tuvo grandes dificultades y sólo lo pudo empatar. Schlechter ganó la quinta partida, y las demás habían terminado en tablas. Para conseguir el título mundial Schlechter debía ganar por dos puntos de diferencia, por eso en la última partida jugó para ganar, y perdió, por lo que Lasker conservó el título, y no se volvió a repetir el encuentro.
Las palomas blancas se amontonan en los alfeizares.
“Odio esa mirada en los ojos de los hombres cuando pierden”.
Le amo.
Compramos cerezas
en un puesto, guindas, oscuras, medio amargas,
y las comemos juntos. Le beso, probándolas en su boca.
Quiero contarle:
“¡Carl, te estás muriendo de hambre, a los cuarenta y cuatro, y podrías ser campeón del mundo. Juega a ganar!”
Pero entonces él no sería quien es.
Y yo no habría hecho todo este viaje desde el siglo siguiente para tomarle las manos al maestro entablador,
Obsérvale, con leve inclinación, escuchando la quietud de las palomas, uno a uno, en un sueño.
Un caballero, noble y de excelentes maneras
PD: Efectivamente, Carl Schlechter murió el 27 de diciembre de 1918 de debilitamiento y hambre durante unas simultáneas en Budapest
Frank Mayer.
Retoques y maquetación: Antón Busto
Sitges (Barcelona), Mayo de 2015