Frank Mayer
PorJürgen Kaube - Traducido por Frank Mayer - Revisado por Antón Busto

Garri Kasparov – Estrategia y el arte de vivir

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El peor error es aquel que nos hace previsibles

Foto Kasparov

Jürgen Kaube,
para el diario alemán
Frankfurter Allgemeine Zeitung

Garri Kasparov, genio de ajedrez y político ruso de la oposición,
explica el motivo por el cual la vida es un juego de tablero y el lector
sigue sus explicaciones con interés.

 


Basado en su nuevo libro:
Garri Kasparov – estrategia y el arte de vivir
Libro Kasparov

El ajedrez siempre ha sido algo más o menos lo que un deporte.

Menos porque se practica sentado, es posible jugar también contra máquinas, no se debe estar en él como espectador y cuando procede, el juego se puede apuntar sin pérdida.

Sin embargo, el ajedrez también es más que un deporte.

¿En qué disciplina se entrena a veces durante doce horas al día, o en qué deporte se debe competir durante diez días seguidos durante cinco horas?

Se habla de la teoría de las aperturas o del estudio de los finales.

Esto parece ser una investigación y en realidad la es. También en el ajedrez existen composiciones.

En esto se parece a El Arte. Marcel Duchamp – autor del trabajo “Oposición y casillas hermanas” sobre los finales de peones – se decantó durante un largo tiempo en preferir la belleza del juego de las piezas a las obras de pintura.

El jugador de ajedrez sobresaliente tiene fama, desde hace ya tiempo, de ser más que un gran deportista:

máquina de calcular, autista, pensador y virtuoso.

Garri Kasparov es uno de los más grandes jugadores de ajedrez de la historia, el Campeón del Mundo más joven e increíblemente ha sido durante veinte años el número uno en el ranking mundial.

En cada lista de ranking de las mejores partidas de todos los tiempos, su nombre es el más representado.

Igualmente Kasparov fue uno de los jugadores más discutidos en su época.

Para alejar al incomodo joven de Azerbaiyán de la cima mundial se efectuaron considerables esfuerzos.

Más tarde, dividió a la Federación mundial de ajedrez y el ajedrez todavía no se ha recuperado de este hecho.

Contra la misma gente a la que combatió como mafiosos entonces, pactó más tarde.

Después de su retirada en 2005 se orientó hacia la política rusa para oponerse con “El Frente Popular Unido” a la “dictadura de Putin”.

Hace pocos días los servicios secretos rusos lo detuvieron e interrogaron.

Se debería inventar un nuevo lema en el ajedrez, basado en su libro, que se llamaría:

“El gran jugador de ajedrez como manager”

Porque cada uno de los diecisiete capítulos del libro, sirve a Kasparov como prueba de que la experiencia exitosa en el juego de ajedrez, es válida como ejemplo para las habilidades que necesitan las personas que toman decisiones.

El ajedrez no es para él una cosa de artistas medianamente maniacos, es más bien de una lógica fría y de tremenda capacidad de cálculo.

“No sirve prever muy lejos, si no se entiende lo que se ve”, es más bien, “un campo de ensayos para encontrar una decisión”.

Y dado que las decisiones estratégicas son tan importantes en los mercados, en las organizaciones, en la política o en la planificación de una carrera, el bonito título del libro en la edición original inglesa “How Life imitates Chess(Como la vida copia al ajedrez), no pretende ser solamente irónico:

Como la vida imita al ajedrez
Editorial Amazon

Kasparov siempre regresa a sus propias partidas, una vez que los problemas de comandantes militares, presidentes de junta directiva y agentes de bolsa, han sido esbozados – algunos de los capítulos del libro deben tener su origen en los discursos de este tipo de personas – para describir los momentos críticos, de tal manera, que también los lectores pueden comprenderlos aunque no sean jugadores de ajedrez.

Sin embargo, no se ha reproducido ninguna partida que permita hacer más palpable el asunto.

En cierto modo el libro se dirige a profanos; incluso en el índice se explica lo que es “una partida”. Se dirige a gente que dispone escaso tiempo para ocuparse más a fondo de encontrar una buena decisión, como ejemplos cita Kasparov, bien sea a Churchill, Boeing, Disraeli o a los predecesores del autor como campeones del mundo.

En este contexto el libro enseña de forma muy amena, que no es imprescindible ser un catedrático de marketing o un asesor de empresa para poder encontrar, mediante la reflexión, los consejos necesarios frente a situaciones de conflicto, cosa que se les otorga gustosamente a los directivos.

Especialmente de sus arduos campeonatos mundiales contra Anatoli Karpov el autor deduce unas conclusiones generales de como decidir exitosamente.

Su argumento de “contemplar siempre el tablero entero”, lo cumple continuamente.

Kasparov
© Rochade Kuppenheim. Foto Fietz

Kasparov salta desde la guerra del petróleo al estilo de lucha de Alekhine y desde allí a la reforma inglesa del derecho del voto en el siglo XIX.

El valor de este ensayo, de lograr desde el ajedrez unos puntos de vista para la racionalidad en otros campos de la vida, ya ha sido tratado por otras teorías de la gestión empresarial.

Hace unos sesenta años el economista Herbert A. Simon advirtió expresamente que existan semejanzas entre muchos de los consejos por los que se toman decisiones y los proverbios. Pero la desventaja de los proverbios sería que siempre existe una divergencia a los mismos, lo que no los haría menos convincentes.

¡Aprovecha el instante – una buena cosa requiere su tiempo!
¡Quién se atreve, ganará- La prudencia es la madre de una caja de porcelana!
¡La primera impresión cuenta! ¡Una vez es ninguna vez!
¡El ataque es la mejor defensa!

Las comparaciones de Kasparov entre el ajedrez y la vida también se mueven en torno a estos proverbios.

¡Ponte unas metas a largo plazo, pero ten desconfianza en los éxitos!
¡Juega como te corresponde, pero debes encontrarte en condición de practicar distintos estilos!
¡Se consecuente, pero también adaptable!
¡No fuerces a cualquier precio el tomar una decisión, pero impón tu juego al adversario!

Y en cierto modo una completa paradoja resumida:

“¡El peor error es aquel, que nos hace previsibles!”

¿Por consiguiente, sería el peor error obedecer a estas máximas o incluso a las máximas en general?

Kasparov también ofrece la fórmula de solución de este dilema: “El gran jugador conoce las excepciones de las reglas.”

El libro resulta muy ameno cuando Kasparov caracteriza las formas de jugar al ajedrez.

Por ejemplo, Tigran Petrosian, su colega como campeón del mundo de ajedrez, “el héroe de la pasividad que durante toda la partida no hizo otra cosa más que evitar las oportunidades de su adversario, después si el contrincante ya no disponía de ninguna, buscaba sus propias posibilidades. Fácilmente se puede imaginar un tipo de estas características en empresas o partidas”.

Judit Polgar
Judit Polgar. Foto: Frankfurtwest.de

La contra-imagen es Judit Polgar, la mejor jugadora femenina, que caracteriza Kasparov en pocas frases de forma fascinante: “Polgar muy pocas veces se confunde en el ataque. Pero, sus derrotas demuestran que se sobrecarga con el esfuerzo y que ocasionalmente toma decisiones erróneas, sólo por no jugar a la defensiva. Por lo tanto, nuestras preferencias sobrepasan claramente nuestra objetividad, pues obstaculizan nuestro desarrollo.”

También para este objetivo cada quién conoce ejemplos de su propia vida.

Kasparov enseña también, refiriendose a sus propias partidas, que existen momentos en la toma de decisiones en los cuales se deberían examinar durante largo tiempo las distintas soluciones de los problemas, y es en el justo en el último momento donde se da preferencia a una solución, sin examinarla detenidamente.

Y la evidente valoración, conocida por cada jugador de ajedrez, de que muchas malas decisiones sólo se toman para quitarse de encima la presión de tener que tomar una decisión, podría ser reveladora para alguna que otra persona que toma decisiones.

Como lector se asume también gratamente la opinión de un jugador de ajedrez sobre el comercio de la bolsa, la Primera Guerra Mundial, o el significado de la dinámica térmica para ayudar a comprender la misión militar de Napoleón en Italia.

Si lo que movió al campeón del Mundo a enfrentarse con Putin fue el espíritu de la máxima ajedrecística según la cual nunca se debe dar por perdida una partida, cabría pensar que estas máximas no deben ser menospreciadas.

Foto
Garri Kasparov se convirtió en Campeón del Mundo en 1985 en la edad de 22 años

Traducido y adaptado por Frank Mayer
Barcelona, mayo de 2007
Revisión y Maquetación: Antón Busto

Fuente: Jürgen Kaube, para el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung

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