Frank Mayer
Por Harry Schaack, redactor. Adaptado por Frank Mayer

Un juego mágico – Mikhail Tal (1)

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1ª Parte


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El joven Mikhail Tal contra Paul Keres. Foto © Archivo Valter Heuer

El nombre de Mikhail Tal, el mago de Riga, es sinónimo de táctica. Sus ataques sobre el tablero eran tan fuertes, como frágil su cuerpo. Se diría que con el virtuosismo de su juego dinámico de ataque quisiera contrarrestar su fragilidad corporal.

Por Harry Schaack, redactor

 

Dos veces en mi vida vi a Mikhail Tal. La primera vez en 1984, encontrándome yo circunstancialmente en Moscú con el propósito de asistir a una partida del Campeonato del Mundo entre Karpov y Kasparov.

Me acuerdo perfectamente de mi odisea por la metrópolis soviética, donde me enviaban de uno a otro lugar de venta anticipada, sin otro resultado que encontrarme finalmente sin entradas.

Ni siquiera una larga conversación con el soldado de guardia, que custodiaba la entrada de la sala de juego, me condujo a nada.

Finalmente decidimos ir a “la casa central del ajedrez”, donde tenía lugar al mismo tiempo un encuentro por equipos entre Moscú y una selección de Yugoslavia.

Los locales de este palacio legendario del ajedrez llegaban a ser insuficientes para el gentío que seguía con atención el acontecimiento.

Tras abrirme paso a través del estrecho del espacio disponible, por fin le vi: Mikhail Tal, este icono, ligeramente inclinado hacia delante sobre el tablero y dando la impresión de algo enfermizo:

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Mikhail Tal. Foto: Chessbase.com

Fumaba un pitillo tras otro de manera que pronto el cenicero rebosó.

Por primera vez, observé su defecto en la mano derecha, donde tenía solo tres dedos.

Al lado de su tablero, se encontraba un termo del cual se servía de vez en cuando.

Algunos espectadores rusos sospechaban, que mezclaba el té con vodka.

No recuero ya la partida, pero nunca podré olvidar aquel primer encuentro con esta personalidad carismática de cabello rizado, de rasgos acentuados y de ojos casi demoníacos.

La segunda vez, le vi en 1986 con ocasión del “Verano Berlinés”, uno de los Open mejor dotados de aquellos tiempos.

Al final, Tal compartió el primer puesto, sin perder ninguna partida.

En cierto modo, me sorprendió ver al ex campeón del mundo, este genio del ajedrez, en aquel lugar, como uno más entre los centenares de participantes del Open.

La carrera ajedrecista de Tal transcurrió de forma vertiginosa:

Con 17 años ya se erigió en campeón de Letonia y en el año 1957 ganó por primera vez el campeonato de la Unión Soviética.

Su victoria en el torneo de candidatos 1959 en Yugoslavia, en el cual dejó atrás a sus competidores con 20 puntos de 28 rondas, cuenta como uno de los mejores resultados de torneo en toda la historia.

En el match por el campeonato del mundo 1960 derrotó a Botvinnik por 12,5 a 8,5, convirtiéndose en el campeón del mundo más joven de la historia.

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1960. El primer campeonato mundial entre Tal y Botvinnik

Solamente unos meses más tarde, Tal se presenta para el match de revancha, a pesar de que los médicos le recomiendan que se abstenga por causa de su salud debilitada.

No encontrándose en condiciones óptimas para dar su mejor rendimiento, esta vez no tiene ninguna oportunidad contra Botvinnik y pierde por 8 a 13.

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1961. El segundo campeonato del mundo entre Tal y Botvinnik

Durante los años siguientes, su mala salud será su mayor adversario.

Con ocasión del torneo de candidatos en Curaçao 1962 se pone enfermo y debe retirarse.

En 1965 fracasa en la final de los candidatos con 4 a 7 ante Spasski, tras haber eliminado antes a Portisch y Larsen.

Y en el ciclo del campeonato mundial 1968, Kortchnoi, su adversario temido, representa su estación terminal en la semifinal.

Sin embargo, al principio de los años 70 su carrera alcanza un nuevo cenit.

Desde octubre de 1973 hasta octubre de 1974 queda imbatido durante 93 partidas consecutivas.

¡La más larga serie sin derrota en el ajedrez profesional! Algo antes, ya se había mantenido imbatido entre julio y abril de1973 en 83 partidas consecutivas. Algunos años más tarde, nuevamente consigue esta muestra de destreza: entre 1980 y 81 queda sin derrota en ninguna partida.

A pesar de todo, sólo puede intervenir indirectamente en el campeonato del mundo, figurando como asistente de Karpov para la preparación del campeonato del mundo contra Korchnoi en 1978.

Cuando Tal en 1980 juega nuevamente un match de candidatos, lo pierde, pese a ser favorito, contra Polugajevski, quien, mejor preparado, no le dio oportunidades: 2,5 a 5,5.

Su último gran éxito es el campeonato del mundo “Blitz” 1988, ya que, a distancia corta, nadie podía medirse con él.

Llegado a la edad adulta en Riga (Letonia), pronto encuentra el apoyo de su entrenador, Alexander Koblenz, durante muchos años considerado como “maestro”, que pronto se convertiría para Tal en un paternal amigo. En su libro autobiográfico “The Life and Games of Mikhail Tal (Every Chess 1997)”:

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1997. The Life and Games of Mikhail Tal

Cuenta una anécdota temprana, que seguramente unió a ambos:

Durante del campeonato letón se enfrentaron.

Fue el duelo entre los dos primeros.

Tal se encontraba a punto de ser derrotado, pero Koblenz tenía tremendos apuros de reloj. Efectuó su jugada 39 con la bandera levantada, y –creyendo haber llegado al control –se dispuso a apartarse del tablero.

Tal le indicó que tenía que hacer todavía otra jugada. A pesar de su desconfianza, Koblenz se sentó nuevamente y efectuó, unos segundos antes de haber transcurrido el tiempo, otra jugada. Acto seguido, Tal se rindió.

“Después mi contrario comprobó su planilla y descubrió el fallo. A partir de entonces, empezó a respetarme”, escribió Tal en su libro L&G (página 26).

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Mikhail Tal

Sigue en la 2ª parte

Por Harry Schaack – adaptado por Frank Mayer
Barcelona, julio de 2007
Retoques y Maquetación: Antón Busto

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