Frank Mayer
Por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer

Rudolf Spielmann (1883 – 1942)
Una tentativa de acercamiento

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2ª Parte

3. El buen peón de Dama

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El buen peón de Dama. Dibujo: Antón Busto

Ya en el año 1924, Spielmann reconoció en su legendario artículo “El lecho de muerte del gambito de rey”:

“El gambito de rey todavía no está muerto, pero sí muy enfermo.”

Esta y otra conclusión: “La mala fortuna quiere que justamente estoy jugando con aperturas que concuerdan poco con mi estilo agresivo”, pusieron en marcha un proceso de cambio en sus pensamientos y un proceso de depuración que duró hasta Carlsbad 1929.

Atormentado por las dudas que le asaltaban, Spielmann, ya con 50 años cumplidos, cambió por completo su repertorio de aperturas.

Inmediatamente obtuvo un progreso notable, que de forma rápida se plasmó en unos éxitos clamorosos – solamente Nimzowich se situó por delante de él en el torneo gigante de Carlsbad.

Carlsbad 1929
Foto coloreada de Carlsbad en 1929. Portada del Libro Carlsbad 1929 de Edition Olms

Y ya para entonces merece la pena comentar un pequeño artículo respecto a esta revolución:

“¿1. e2-e4 o 1. d2-d4? Desde mi victoria de Semmering hace tres años, no fui capaz –a excepción de Magdeburgo– de alcanzar un éxito mayor en un torneo.

No es que me haga ningún reproche por haber jugado mal. Mi mala suerte y mi lado débil siempre ha sido la apertura. Como seguidor convencido de la partida abierta, casi siempre me sirvió la primera jugada de apertura 1. e2-e4, pero tuve unas experiencias muy desfavorables. Frecuentemente me encontraba después de pocas jugadas en una variante aburrida de tablas y si quería -enfadado por la simplificación- dar un poco de vida sobre el tablero mediante una especie de juego de gambito, ocurrió con frecuencia que perdí.

Pero quien con las jugadas del primer movimiento no consigue ningún éxito no puede rendir en un torneo moderno de maestro, porque en las partidas con la segunda jugada no se pueden conseguir grandes cosas a lo largo del tiempo.

De mala gana, pero siguiendo la presión de las circunstancias, me decidí en Carlsbad a cambiar al repertorio a los gambitos de dama.

El éxito que conseguí fue tan mayúsculo que incluso yo mismo me quedé boquiabierto de sorpresa.

¡Mis 11 partidas con la primera jugada cosecharon 9,5 puntos! No es que la partida con 1. d2-d4 ya estuviera ganada, pero se pueden alcanzar unas posiciones que crean un combate vivo, y aquello que tiene la segunda jugada es que se debe luchar por la compensación: no se pueden presentar sin más unas variantes de tablas.” (Spielmann: Kagans Neueste Schachnachrichten 1929, páginas 344….)

4. Hacia la muerte por tablas

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La muerte por tablas. Foto: chessbase

Respecto a Caissa, el fatalismo oscureció su capacidad de juicio y le hundió en una profunda resignación en lo que se refiere a la evolución del juego. Spielmann era un adicto a la teoría de la muerte por tablas, propagada por Capablanca como consecuencia de la técnica avanzada y la perfección de los maestros.

¡Nos parece casi increíble que Spielmann, con un alma tan creativa, se dejara contagiar por este bacilo!

Su adversario estilístico Ernst Grünfeld, que siempre estuvo atento a un equilibrio, bien con las blancas o negras, no tuvo ninguna objeción al respecto y opinó “que referente a la muerte por las tablas podemos seguir durmiendo tranquilamente”.

Sin embargo, Spielmann tomó un final con torres contra Tartakower en Bad Kissingen 1928, que a pesar de dos peones de más quedó en tablas, como punto de partida para un nuevo sistema de valoración:

“Con razón triunfa el espíritu sobre la materia mediante una combinación de ataque con sacrificio, pero sin tener en cuenta las dichosas posiciones teóricas de tablas en los finales; ¡porque ahí el jugador ya no tiene nada que inventar y sólo recordar lo que es de sobras conocido! Por este motivo, creo en la victoria “por ahogado” o “por liquidación de piezas”, que se suprimió hace unos 4 siglos precipitadamente y que con seguridad volverá a actualizarse con todos los honores como protección del jugador numéricamente más fuerte.” (Spielmann: Das deutsche Schach 1929, Nº 22, pág. 698)

En su primer libro presenta unas tablas detalladas de valoraciones, en que en cada partida de ajedrez se deberán repartir 7 puntos, es decir: victoria por mate 6-1, victoria de mate con negras 7-0, victoria de blancas por ahogado 5-2, victoria de negras por ahogado 6-1, victoria por liquidación de piezas negras 5-2, tablas con blancas 3-4, tablas con negras 4-3.

Gracias a Díos, la historia se ha orientado hacia la práctica y no a presentar la imagen resignada del mundo por parte de Spielmann.

Finalmente reproducimos de forma abreviada una de sus partidas más famosas:

5. La avalancha de piezas

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La avalancha de piezas. © Eisinger-Wolf

El ataque de las piezas va dirigido casi exclusivamente al Rey contrario y se basa, más que en el ataque de los peones, en el principio del predominio. Debe ser llevado a cabo con rapidez enérgica, dado que no se dirige hacia las debilidades de la posición, sino contra la situación dinámica, que es como ir contra una posición momentáneamente disminuida en potencia de las piezas contrarias, pero solamente pasajera.

Esto significa que no se debe perder tiempo. No existe un ataque permanente de piezas, la expresión “avalancha” es aquí todavía más apropiada si cabe que en relación a la de peones.

(19) Spielmann - Hönlinger [B15]
Viena - 8ª partida , 01.02.1929

Ver en Visor
1.e4 c6 2.d4 d5 3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Cf6 5.Cg3 e6 6.Cf3 c5 7.Ad3 Cc6 8.dxc5 Axc5 9.a3 0–0 10.0–0 b6 11.b4 Ae7 12.Ab2 Dc7

Tablero

13.b5 Ca5 14.Ce5 Ab7 15.Cg4 ¡Empieza la avalancha de las piezas! 15...Dd8? (no: a f4!!) 16.Ce3 Cd5 17.Dh5

Tablero

17...g6 18.Cg4 Af6 19.Cxf6+ Cxf6 20.Dh6 Tc8 21.Tad1 De7 22.Tfe1 Ce8 23.Cf5! Dc5 24.Te5 Ad5

Tablero

25.Ce7+!! y las negras se rinden por no poder ya defender el mate en 4 jugadas: 25. ...Dxe7, 26. Dxh7+ Rxh7, 27. Th5+ Rg8, 28. Th8 y mate.
1–0
PGN

 

Fuente literaria: Michael Ehn

Por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer
Barcelona, agosto de 2007
Retoques y Maquetación: Antón Busto

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