Frank Mayer
Por Frank Mayer - revisado por Salvador Aldeguer

Lucio Mauro: "Il giorno del nuovo sole"

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Il giorno del nuovo sole. Lucio Mauro

Este libro, escrito en un plisplas pretende ser lo mismo del genero negro como el de la comedia, una historia de espionaje como una novela de sociedad, rebosante de ideas chillonas, estridentes y múltiples giros inesperados y sorpresivos, también el ajedrez encuentra su sitio, aunque sea en pocas páginas, sin embargo despeña un papel prominente.

En primer lugar, este libro se diferencia por relatar hechos concretos, que raramente se pueden encontrar en otros.

¡Pero no es un milagro porque cuando Lucio Mauro empuña la pluma es un Maestro Internacional, que obviamente no entiende solamente un poco el ajedrez!

Partiendo de esta premisa – un maestro de ajedrez escribiendo – el libro es de lo mejor, sin duda alguna.

Se descubre el juego en las dos partes de que se compone: en la primera, una especie de historia sobre un estafador, que se sirve de todos los clichés a base de inteligencia e ironía y por eso es tan entretenido, el maestro ladrón y el asesino de serie Ottavio alias Settimio alis Sven Lundquist, el hombre de las mil caras, así como el “avvocato di merda” y el pretendido atracador de bancos Renato La Cava se reúnen para una significativa partida de ajedrez:

Después de una inicial y valentona escaramuza, en cuyo transcurso el malvado simpático se presenta como autodidacta, a este cerebro mordaz el juego del ajedrez le viene como a un San Cristo un par de pistolas y el charlatán fracasado aprovecha la situación para mejorar su ego desgastado, soñando en su antigua potencia ajedrecista, entonces se ha creado ya el ambiente adecuado para un encuentro prometedor. Se continua con el intercambio de golpes verbales, mientras tanto en el tablero – “quasi meccanicamente” se desarrolla una siciliana.

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La partida siciliana

Blancas: Renato
Negras: Ottavio

1. e4 c5 2. Cf3 Cc6 3. d4 cxd4 4. Cxd4 Cf6 5. Cc3 d6 6. Ae2 e5 7 Cb3 Ae7 8. Ae3 0-0 9. Dd2

Finalmente Ottavio tiene que concentrarse y aporta como fruto de su reflexión la jugada Cg4:

“Sabes”, dice, “hasta tu novena jugada hemos realizado los movimientos de una partida apenas conocida. Szily-Foltis, jugada en 1949 y que terminó en tablas. Pero siempre quiero todo. O bien, ganar o perder, con otra cosa nunca estoy satisfecho. Esto es el espíritu de la siciliana. Por este motivo me gusta atacar, jugar con previsión, siempre, durante mis tiempos de ocio o en la vida real. Para no quedar sorprendido en ninguna situación”.

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Szily-Foltis Teplice 1949, después de 9. Dd2

Ottavio juega aquí la variante interesante 9...Cg4?!

Renato pierde los nervios y piensa, que podría haber jugado Petrosian aquí y se decide efectivamente a favor del enroque largo 10. 0-0-0!?

Ottavio toma el alfil y las blancas se lo comen con el peón. 10... Cxe3 11. fxe3. Frente al avance del peón a6, contesta con la centralización del caballo a d5. 11.. a6 12. Cd5 (que recomienda Database).

Se sigue jugando: más instintivamente que de forma racional, pero al efectuar la jugada 20, la posición de las blancas se complica.

Ya tuvo un peón de menos, y una torre “en cautiverio” de cuya liberación desistió y en su lugar prefirió tomar un peón adversario. En seguida se cambió la torre contra un alfil; Ottavio ofreció con esta jugada el cambio de damas, pero Renato desistió de esta posibilidad y retrocedió su dama.

“Vas a perder, abogado. Quizás fuiste un maestro en el ajedrez, pero ahora ya no puedes enseñarme nada. En todos los aspectos, te encuentras en una situación inferior. Podría apostar, por dejar el tablero o continua la partida a ciegas, entonces recordará la posición de las piezas y todo lo que estoy por completo amenazando. Pero quizás tú no.”

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Partida a ciegas. Foto: chessbase

Por supuesto, todo esto solamente tiene un sentido, si esto es importante para la acción y efectivamente lo es y no se recapitula en esta escena extravagante la relación actual de las fuerzas si no se anticipan unos desarrollos futuros. ¿Quién sabe, a lo mejor Renato se reserva más tonto de lo que ya es en realidad?

Renato acepta el desafío.

“Mi rey se encuentra en g8”, dice Ottavio. “Además tengo mis torres en f8 y c8, dama b6, caballo c4. Cinco peones: h7, g7, f7, e5, d6”. Renato contesta sin dudar ni un instante: “Mi rey se ha colocado en b1, torre en c1, dama en a4, caballo en b3, alfil en f3. También para ti 5 peones: a2, b2, g2, h2,d5. Y ahora te toca a ti mover”.

Tablero

Ottavio, encontrándose en una posición ganadora, pone una pequeña trampa: ¡Dd4!

Parece que está ofreciendo sin más a su dama y Renato aprovecha la oportunidad para llevar la conversación en dirección a la dama. El transcurso del juego demostrará, que la dama estaba envenenada”.Efectivamente, Renato se la come en el clásico estilo de un principiante en d4 y quedará mate en dos jugadas.

Sólo al final queda claro, que probablemente le importaba más el tema de la dama – la pareja de su vida sumamente atractiva - que la victoria.

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Por supuesto este planteamiento es primitivo y representa de forma adicional un montón de tonterías, pero donde se presenta la estupidez con intención, acompañada de un tono irónico, puede resultar muy inteligente, como en esta novela. Muy pocas veces se ha visto desarrollarse una escena de ajedrez de una forma tan concisa, sin errores y sin lapso.

En la segunda parte, ambos vuelven a encontrarse, nuevamente con ocasión del ajedrez.

Renato había engañado al estafador profesional con sus millones y su mujer, se encontraba huido y no hallaba una mejor dedicación para su tiempo de ocio que visitar los torneos internacionales de ajedrez. Quizás no sea la mejor idea, pasar al anonimato.

No solamente se erige como una persona sufridora de una partida sensacional, en la cual su adversario invierte casi todo su material para ponerle mate, si no el mismo Ottavio y sus cómplices montan una trampa decisiva mediante el ajedrez para capturar a Renato, el traidor, que se fugó con el dinero y la mujer.

Ottavio no escatima el tiempo ni del dinero para gozar una dulce venganza:

“Más pronto o más tarde, tu pasión ascenderá a la superficie, ahora, cuando ya no tienes nada que hacer, excepto viajar por el mundo en un barco repleto de dinero y acompañado por tu amante. He viajado por Europa: Linares, Biel, Montecarlo, Hastings....en busca de tu inscripción en los torneos.”

Después de la partida echada a rodar por parte de Renato, incluyendo unos giros inesperados, ya no queda piedra sobre la piedra: La historia termina de forma tempestuosa y explosiva en el verdadero sentido de las palabras y contiene muchas sorpresas.

Un final grandioso de un libro divertido, de suspense, pocas veces superado, de cuyo autor se pueden esperar más obras. No podemos imaginarnos, que en sus futuras novelas el ajedrez no desempeñe un papel importante.

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Fuente literaria: Jörg Seidel

Por Frank Mayer revisado por Salvador Aldeguer
Barcelona, diciembre de 2007
Retoques y Maquetación: Antón Busto

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