Frank Mayer
Por Frank Mayer - Revisado por Salvador Aldeguer

La magia de Arión

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Entre los años 1920/21, la vida de Alexander A. Alekhine sufrió un cambio decisivo.

Durante varias etapas maduró su decisión de abandonar su patria, Rusia.

Lo que dejó atrás, lo describió Alekhine en un reducido cuaderno: “La vida de ajedrez en la Unión Soviética”, Berlín 1921.

En el prólogo de esta publicación, el Dr. Savielly Tartakover recurrió a la mitología antigua:

“Como los animales salvajes en la leyenda de Arion, los gobernantes bolcheviques se sometieron a la magia del ajedrez.”

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Arion. Alberto Durero, año 1514

 

El posterior Campeón del Mundo de Ajedrez, Alexander A. Alekhine (1892-1946), cuando Chigorin murió en 1908 y la vida ajedrecista rusa había alcanzado su punto culminante, “era al principio uno más entre los muchos tipos de los maestros rusos” (Reti: "Las nueva ideas en el juego de ajedrez, 1922").

Los éxitos que consiguió Alekhine justo antes del estallido de la primera guerra mundial, fueron considerados como golpes de suerte o de sorpresa.

Después desapareció del plano de la imagen.

Una vez finalizada la guerra y la revolución en Rusia, circularon rumores en Occidente, de que Alekhine había fallecido.

En el año 1921, Alekhine volvió a aparecer en público en el Café de Ajedrez “Kaiserhof” de Berlín.

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Café de Ajedrez “Kaiserhof” de Berlín

Muy poco dijo acerca de los años anteriores y siempre llevaba consigo un jarrón de Sèvres (manufactura de porcelana francesa), fundada en 1738 en Vincennes, que le fue regalado por el zar ruso con ocasión de su victoria en el torneo de los maestros rusos del año 1914 (A. Münninghoff, "Max Euwe", 2001).

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Jarrón de Sèvres

Lo que Alekhine estuvo dispuesto a contar de los siete años anteriores, lo contenía la publicación, declarada como libro, de Tartakover (1887-1959) con el título “La vida ajedrecista en la Rusia soviética” (32 páginas), cuyo texto lleva fecha “Berlín, junio de 1921”.

Por cierto, el editor berlinés Bernhard Kagan (1866-1932) apuntó como autor a “Alexander de Alekhine”.

De forma paulatina se puso de moda escribir libros sobre la nueva Rusia.

También se encontró la periodista y escritora de nacionalidad suiza Anneliese Ruegg (1879-1934) en Rusia durante los años 1920/21.

Como referencia subrayamos uno de sus más famosos libros “Durante la guerra a través del mundo: experiencias en los tiempos de guerra”, que escribió en 1916.

A nuestro entender, Alexander Alekhine y Anneliese Ruegg se conocieron en Rusia en el año 1920 y durante las Navidades del mismo año ya pronunciaron su compromiso.

Al principio de 1921, Alexander Alekhine acompañó a su novia y varios delegados como interprete en Moscú y otras ciudades rusas.

¿Se habría ya decidido abandonar Rusia en aquellas fechas?

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Alexander Alekhine, 1921

Durante el mes de febrero de 1921 renunció a su trabajo en calidad de Juez Instructor y el día 15 de marzo se casó con Anneliese Ruegg.

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Alexander besa efusivamente a Anneliese
Foto cortesía Arqto. Roberto Pagura. Buenos Aires

El 29 de abril 1921 le concedieron el permiso de salida del país a Letonia.

Allí debió de permanecer durante unos dos meses, antes de proseguir su viaje a Berlín.

En “La vida del ajedrez en la Rusia soviética” resumió Alekhine sus impresiones como sigue:

“Todo depende de la influencia personal de cualquier persona del gobierno – similar como el ajedrez en Moscú vivió una época de prosperidad gracias a Iljin-Genewsky. Sin embargo, parece poco probable, que se pueda construir algo duradero sobre un fundamento tan poco sólido.”

El Dr. Savielly Tartakover escribió en su prólogo sobre el informe de Alekhine las siguientes palabras:

“Como los animales salvajes en la leyenda de Arion, también los gobernantes bolcheviques se sometieron a la magia del ajedrez.

Que lo haya conseguido un editor berlinés al fichar justo al Gran Maestro moscovita y catedrático de ajedrez Alexander Alexandrovitch de Alekhine para el relato de aquellos asombrosos destinos y aportando tanto material valioso al redactar el libro en alemán, se puede describir como una feliz coincidencia, por lo cual todo el mundo ajedrecista le dará su pleno reconocimiento.”

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Dr. Savielly Tartakover
Foto: chesshistory

¿Qué quiso expresar Tartakover con los animales en la leyenda de Arion?

La mitología griega conoce a un rey Arion de Milet, el Trambelos, hijo de Telamon y Hesione.

Suponemos, que no se refiere a este Arion.

Tampoco debe referirse al caballo salvaje Arion, un descendiente del Díos del Mar, Poseidón.

Es muy probable que se trate del cantante y poeta Arion de Lesbos, una figura histórica, que vivió alrededor del 600 a.C., al cual se le atribuye la siguiente fabula:

“Un día, Arion de Lesbos fue invitado a participar en una competición musical en Sicilia. Allí ganó el primer premio y fue obsequiado con muchos y ricos presentes. Los marineros, que debieron trasladarlo nuevamente a su patria, decidieron asesinarlo y apropiarse de todos sus regalos.

“Tendrás que morir”, dijo el capitán del barco a Arion.

“¿Pero, qué crimen he cometido?”

El capitán le replicó: “¡Eres demasiado rico!”.

“Por favor, sed benévolos conmigo”, suplicó Arion.

“Podéis quedaros con todas mis recompensas.”

El capitán contestó: “Seguramente te olvidarías de esta promesa, una vez llegado a Corinto. Yo lo haría también en tu lugar.

Un regalo forzado no es un verdadero regalo.”

Arion se sometió a su destino, sin embargo expresó una última suplica: “Dejadme cantar una última canción.”

El capitán estuvo conforme.

Arion se acercó a la proa del barco, llamó a los Dioses, cantó y después saltó por la borda. El velero continuó su navegación.

Pero, a raíz del canto de Arion, fue atraída una manada de delfines.

Uno de aquellos permitió, que Arion se sentara sobre su lomo.

Pronto adelantaron al barco y alcanzaron el puerto.

Arion se salvó y los marineros ladrones fueron condenados a muerte.

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Los animales salvajes, de los cuales habló Tartakover, serían los delfines, que se dejaron transformar por el arte de magia y le salvaron la vida.

La comparación con los gobernantes bolcheviques contiene una alusión a que Alekhine pudo emigrar de Rusia mediante un permiso oficial, gracias a su talento extraordinario.

Si se impulsa la comparación, se transforma Arion cantando por su vida, en el jugador de ajedrez Alekhine.

No obstante, los biógrafos destierran al reino de la leyenda, de que Alekhine hubiera jugado ni por una sola vez una partida de ajedrez por defender su propia vida.

Este artículo está dedicado a Antón Busto en agradecimiento por su incansable labor

Fuente literaria: Gerald Schendel

Por Frank Mayer– revisado por Salvador Aldeguer
Barcelona, fin del año 2007
Retoques y Maquetación: Antón Busto

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