Gabriel Capó Vidal
Gabriel Capó Vidal
Socio Fundador de Asociación Nacional de Padres Ajedrecistas ANPA. México
Paúl Charles Morphy
Un caballero de buena familia

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Paúl Charles Morphy
Paul Charles Morphy

 

A tan corta edad Paul Charles Morphy es toda una celebridad, en Paris ha sido aclamado como si fuese el Campeón del Mundo. El águila de Louisana como ha sido nombrado Paul, es considerado el mejor ajedrecista de Estados Unidos.


En Europa ha competido, tanto en Inglaterra como en Paris y tras numerosas partidas con varios de los más famosos y excelentes ajedrecistas de este continente. Ha dejado claro que es invencible. Rindiendo a todos, incluso otorgando la ventaja de un peón o de un caballo, además de conceder la primera jugada.


Una multitud entusiasta ha cargado a Paul en hombros, después de que este, venciera a 8 maestros, jugando con los ojos vendados. Estos 8 maestros se reunieron con el propósito de enfrentar a Morphy en el Café de la Régence en Paris.


Tras vencer a siete de ellos, todos los presentes se arremolinaron para felicitar a quien consideran, el nuevo campeón. La gente ahí reunida entre vítores y exclamaciones de júbilo salió a la calle, donde ya los esperaba otra multitud y un griterío ensordecedor, a continuación todos se dirigieron hacia el Palacio Real. La guardia Real alarmada por el tumulto se presentó ante la gente, intentado saber la causa de tanto bullicio, finalmente la guardia se unió al festejo.


Morphy ha sido recibido por Napoleón III en Francia, por la reina Victoria en Inglaterra y por el nieto de François André Danican, alias Philidor (ajedrecista y músico, autor del libro “Analyse du Jeu des Échecs quien expresó: "Los peones son el alma del juego”)


Después de su gira por Europa, el regreso de Charles Morphy a los Estados Unidos, ha sido apoteótico. Los elogios se han multiplicado, Morphy ha recorrido las principales ciudades en su camino de regreso al hogar. Ha visitado la Universidad de la ciudad de Nueva York.


John Van Buren, hijo del Presidente Martin Van Buren concluyó una presentación diciendo, "Paul Morphy, es el nuevo campeón del mundo". En Boston, se le ofreció un banquete donde estuvieron presentes: Henry Wadsworth Longfellow, Louis Agassiz, el alcalde de Boston, el Presidente de Harvard, el Dr. Oliver Wendell Holmes además de otras personalidades. Se ha filtrado la noticia de que el Príncipe Golitsin lo ha invitado a San Petersburgo, Rusia, al club Palacio Imperial.


El new York Times ha dedicado cuatro de sus columnas en primera plana para informar sobre los logros en el ajedrez de Morphy. El New York Daily News utiliza cinco de sus seis columnas de la primera plana para informar sobre las hazañas de Morphy.


En un brindis por Morphy, Oliver Wendell Holmes dijo: "yo propongo este brindis a la salud de Paul Morphy, campeón del mundo. Sus batallas pacíficas han ayudado a lograr una nueva revolución; sus triunfos juveniles han añadido una nueva cláusula a la declaración de independencia de Estados Unidos." Un club de béisbol de Brooklyn ha bautizado con el nombre Morphy a su equipo y el New York Ledger ha contratado a Morphy para escribir sobre ajedrez. Se sabe que ha recibido un cuantioso adelanto monetario.


En un discurso en el banquete de Quincey se hizó un comentario, lleno de buen humor: "Morphy es más grande que César, porque él vino, y sin ser vencido”.

Paul Charles Morphy jugando a la ciega en el café de La Regence (París)
Paul Charles Morphy jugando a la ciega en el café de La Regence (París)

Charles Morphy ha declarado. “La reputación es mi único acicate, ganar para mi es una cuestión de honor” El Maestro alemán Anderssen opino sobre Paúl lo siguiente: “La impresión que produjo en mi la transmitiría mejor si digo que él trata el ajedrez con la seriedad y escrupulosidad de un artista. Para él la partida siempre es una tarea digna, un trabajo creativo, un acto, en el que él cumple su misión.


Morphy ha a consentido a que lo entreviste. Paúl es muy joven, su cara es casi la de un niño, su piel muy blanca, es pequeño de estatura, corto de cuello, un mozalbete que luce un sombrero de paja de ala ancha, con un lazo negro al cuello. Es educado, caballeroso, reservado, de maneras dóciles y suaves. A Morphy le gusta la vida social y la fama. Asiste a cenas, a comidas y a la opera frecuentemente.


Su tío Ernest que está presente en la entrevista cuenta entre otras cosas, que Morphy de pequeño y después de su regreso de una ópera, podía silbar y tararear de principio a fin todo la obra, y refiere que su sobrino, cuando era un niño, de repente colocaba sobre el mantel a cuadros de la mesa, los servilleteros los tenedores y los saleros, a semejanza de piezas de ajedrez, para comprobar la solución de un problema que de pronto había surgido en su mente, realiza todas sus hazañas por instinto y sin esfuerzo visible. y agrega. Morphy se sabe de memoria todo el código civil del Estado de Louisana ¡Tiene una memoria prodigiosa! y cuenta que de pequeño Morphy le venció en un juego a ciegas. Sobre una mesa se encuentra un juego de Té y varias piezas de pan tostado con mantequilla, Pául es muy aficionado al té.


Paul Morphy es hijo de un juez de la corte suprema de Louisiana, Alonzo Morphy, y de una reconocida cantante y pianista de origen francés, Louise Teresa Felicidad Thelcide Le Carpentier. Paúl tiene dos hermanas: Mahrina y Helena y un hermano, Edward.


Sus conocimientos de ajedrez los obtuvo en su niñez. Se dieron a partir de mirar la serie de partidas que su padre y su tío solían disputar en casa, mientras el pequeño Charles observa sentado y en silencio. Prestando atención el ir y venir de las piezas: del caballo, de la reina, de los alfiles y del ejército de peones.


Paúl asimilaba las reglas y daba rienda suelta a su imaginación. Su abuelo también participó en los conocimientos de Paúl sobre el ajedrez. Morphy jugaba con su abuelo, pero para ello, por su pequeña estatura, se colocaban un par de grandes libros sobre una silla. Así el niño podía estar al nivel de la mesa de juego. Al poco la fumilla no podía ganarle. Les costaba creer aquel niño de 9 años jugara mejor que ellos y que incluso a su abuelo le diera la torre de ventaja. Rara vez el viejo ganaba una partida a pesar de la prerrogativa. .


Morphy vivió en conflicto con su padre, quien era una persona acaudalada, conservadora e inflexible. Un sureño de cepa, a quien no le agradaba que Paúl perdiera el tiempo con el ajedrez. Deseaba que su hijo terminara la carrera de abogado. Pensar que su hijo se ganara la vida dando demostraciones de ajedrez o jugándolo, era el equivalente de que su vástago fuese un tahúr, jugando al póker por dinero. Tan impropio miraba que un hijo suyo se dedicase al ajedrez.


Por ello a los trece años Morphy medio abandonó el ajedrez. Sólo se le permitía jugarlo los domingos. No obstante a los 9 vence al General Winfield Scott, a los 12 a maestro húngaro, Johann Lowenthal, y a los 17 al Juez Meek, Presidente del Congreso Americano de Ajedrez.


Paul es un intelectual sobresaliente, que obtuvo el título de abogado a los veinte años. Habla cuatro idiomas inglés, francés, alemán y español. La edad legal mínima para ejercer la profesión en el estado de Louisiana es a los veintiún años. Fue entonces que Morphy considero dedicarse a jugar ajedrez ese año de descanso. Pero es una enciclopedia en aperturas.


Morphy no destacó en los deportes, pero en la esgrima sí sobresalió. En Spring Hill College recibió el grado de maestría y en sus estudios de abogacía era admirado por su gran capacidad intelectual.

Morphy ante todo es un romántico y un caballero y ha dado grandes ejemplos de su generosidad y de su desinterés. Cuando Paúl ganó el congreso de ajedrez de los Estados Unidos venciendo entre otros a Paulsen gano 300 dólares que rehusó cobrar, ya que no quería mezclar el dinero con ajedrez. En su lugar, aceptó un jarrón, cuatro copas y una bandeja de plata.


La Bandeja fue estampada con una imagen de Morphy en el acto de ganar el juego decisivo en contra de Paulsen y una descripción que lo declaraba vencedor del Torneo. Todas las piezas portaban un monograma con las letras " P.M."


Paúl derrotó a Charles Stanley quien por un tiempo fue editor de la revista de ajedrez estadounidense y el segundo jugador más fuerte de los Estados Unidos, dándole ventaja de un peón y el primer movimiento. Morphy donó los 100 dólares del primer lugar a la esposa de Stanley y a sus hijos que necesitaban del dinero. No se los entregó a Stanley, debido a su hábito de beber. Como gesto de gratitud, ella le puso Pauline a su hija, que nació meses después.


Cuando Morphy dio aquella histórica lección de ajedrez con los ojos vendados a los 8 maestros reunidos en el Café de la Régence en Paris. El propietario de la cafetería querían cobrar una tarifa de 5 francos a cada espectador de la exhibición, pero Morphy, dijo que no daría las simultaneas, al menos que el café estuviese abierto para todos, con el paso franco a cualquier persona y sin cobrar. Cuando estas condiciones fueron aceptadas Paúl Morphy se sentó en la sala de billar del bar, de espaldas a la mesa de ajedrez en la otra habitación. Es de destacar, que los Rivales de Morphy tenían a su alrededor a 50 jugadores en la sala, para darles consejos.


Otra muestra de magnificencia la mostró en Europa. El premio de su encuentro con Lowenthal. Morphy lo utilizó para comprarle muebles a este, para su nuevo departamento. Y cuando venció a Harrwitz, campeón de La Régence, con estas ganancias, que fue obligado a cobrar, financió el viaje desde Alemania a Paris de Anderssen. Así fue con el Alemán llego a Paris para su encuentro con Morphy.


La última carta que Paúl escribió a Staunton, decía: "Permítame repetir, lo que constantemente he declarado en todos los círculos de Ajedrez en que he tenido el honor de participar, que nunca he deseado hacer del talento que podría yo tener, una herramienta para hacer ganancias."


Stauton no se comportó como un caballero, ya que frecuentemente ataco a Paúl desde su columna semanal asegurando que a este solo lo movía el dinero. Que distinto a lo que otros diarios expresaban: “Morphy es un ciudadano de los Estados Unidos, que viene a reclamar un cetro en Europa”


Morphy ante los retrasos impuestos por Staunton decidió jugar en Inglaterra con todos quienes quisieron jugar con él. En sesiones muchas veces maratónicas. Después viajó a París donde derrotó a Löwenthal, Harrwitz y Anderssen en un lapso de seis meses.


Sobre su manera de jugar se dice que es rápida, que tarda muy poco en decidir un movimiento. Que es incansable, que nunca parece nervioso, que su rostro se mantiene en calma. Que analiza las posiciones, que calcula todas las variantes y sus consecuencias, hasta sus últimos límites, sin el menor esfuerzo aparente. Que al frente del tablero; es taciturno, pocas veces habla, luce su distinción, su reserva, su sobriedad y la delicadeza de un cuerpo joven. Así como que sus hombros sostienen, una cabeza admirablemente formada y además que no bosteza como Anderssen.

Paul Charles Morphy

Le digo a Paúl Charles Morphy que a veces le mencionare una palabra, para que él me diga, lo está le evoca y en otras oportunidades le hare preguntas. Estando de acuerdo Paul, inicio con la palabra.


Ajedrez.

-El ajedrez es primordialmente una recreación y merece la más alta recomendación.


Tío Ernest.

-El ajedrez lo aprendí de él y de mi padre. Mi tío fue uno de los mejores jugadores en sus tiempos. Conocido como el "Rey de Ajedrez de Nueva Orleáns, en mi tuvo un gran impacto. Cuando cumplí los 19 años, mi tio Ernest Morphy pagó un anuncio en el Periódico ilustrado de Leslie. Fue un reto a los ajedrecistas de los Estados Unidos para acudir a Nueva Orleáns y jugar en contra mía. Pero jamás hubo respuesta a dicho desafió.

¿Cómo se siente después de su regreso de Europa?.


-De mi gira por Europa, me limitaré a decir que ha sido agradable en casi todos los aspectos. De todos los adversarios, conservo un recuerdo vivo y agradable. Los encontré galantes, caballerosos y corteses, Todos devotos del rey de los pasatiempos.


Se sabe que usted tarda poco en pensar sus jugadas.


-Algunos de mis mejores movimientos los dicta la intuición.

Que autores de libros sobre ajedrez ha consultado.


-He leido a Horwitz y Kling, a Kieseritzky a Stauntony a William Lewis.


Ajedrez mensual.


-En Nueva York, me ofrecieron coeditar "Ajedrez mensual", editado por Daniel Fiske. Contibuí con notas, para algunos ejemplares.


Nueva York, la primera versión del campeonato de los Estados Unidos.


-Recién había cumplido los 20 años. Yo no quería participar, un poco antes había ocurrido la muerte de mi padre. Gracias a la insistencia de mi tío y del Juez Meek me inscribe y gane la justa. Yo salí de Nueva Orleans a bordo del vapor Benjamín Franklin y llegue a Cincinnati a los pocos días. Luego abordé un tren desde Cincinnati a Nueva York. Mi primer encuentro fue en contra de Federico Perrin.


¿Quienes participaron en aquel evento?


Recuerdo la presencia de el Sr. Dennis Julien, compositor de problemas de ajedrez el Sr. James Thompson, de Nueva York, un caballero que jugo a ajedrez en el Café de la Régence y en Londres, destacaba por la brillantez y lo atrevido de sus ataques y su insistencia por jugar el Gambito Evans, el Juez Alexander Meek, el Sr. Theodore Lichtenhein, un caballero que anteriormente había sido Presidente del círculo des Echecs Königsburg en Prusia,


A Hardman P. Montgomery, representante de la escuela de Berlín, el Dr. Benjamín Rafael, de Kentucky, el Sr. Louis Paulsen. William S. Allison, Samuel R. Calthrop, Daniel Willard Fiske; William Fuller nacido en Inglaterra y un cazador de ballenas, Kennicott Hiram, Knott Huburt, Napoleón Marache de Francia, Federico Perrin nacido en Inglaterra y Charles Henry Stanley, también ingles.


Charles Henry Stanley.


-Cuando yo tenía nueve años conocí a Henry. Fue cerca de la Navidad. En un encuentro entre Charles Stanley y Eugene Rousseau. Stanley ganó el encuentro con 15 victorias, 8 empates y 8 pérdidas. Esto dentro del primer campeonato de los Estados unidos.


¿Recuerda su primera partida en este torneo que ganó con negras?


-Si jugué contra James Thompson una Piano Giuoco en 21 movimientos.


¿Contra quienes más jugó usted?

-Contra James Thompson, Meek, Lichtenhein y Paulsen Morphy gane 14 juegos, perdí uno y empate tres juegos.


Louis Paulsen.


-Paulsen era el mejor jugador hasta el momento, junto con Charles Stanley


¿Cuantas partidas jugó en su estadía en Nueva York?


-Jugué 94 partidas, ganando 85, perdiendo 4, empatando 8


¿Fue cuando surgió la idea de que un Maestro Europeo, jugase en contra de usted en Nueva Orleáns?

Sí, mucha gente del Club Orleáns lo consideró así. Incluso envió una invitación a Stauton para un encuentro conmigo.

Winfield Scott.

-Uno de los militares más célebres de su tiempo. Incluso comando el ejercito en la guerra contra México y fue candidato a la presidencia de los Estados Unidos. Yo jugué con él a la edad de nueve años en Orleáns y le vencí en dos partidas. De muy mal humor y con el orgullo herido, el general se negó a jugar otra partida conmigo. Se levantó de su silla y se marchó como un relámpago. Para Winfield Scott, el ser derrotado por un mocoso constituyó una verdadera afrenta para su orgullo. Aun sonrió la recordar su levantamiento de cejas, en cada uno de mis movimientos, fue muy cómico.


Johann Lowenthal.


- Uno de los ajedrecistas más importantes de su tiempo, que estuvo también de visita en Nueva Orleáns procedente de Europa yo tenía doce años Lowenthal era de carácter más afable, que el gruñón general Scott. Al igual que Winfield Scott, también pensó que le estaban gastando una broma cuando me presentaron ante él. Aunque no se sintió ofendido por ello, limitándose a sonreír y a acariciar mi cabeza con un gesto de simpatía. Estando yo en Europa me retó y lo vencí. Me parece que aquella vieja derrota lo impulso a desafiarme.


Después de las partidas que usted jugó en Europa contra Lowental, este comentó: “Yo me sentí mal por el resultado en los juegos uno y dos, porque pensé que debería haber ganado; "pero ahora que ya no siento insatisfecho, estoy convencido de que estoy vencido por una fuerza superior". "Después del primer juego fui a casa diciendo a mí mismo: " ¡bueno, Morphy no es tan terrible después de todo!" pero después todas mis combinaciones, todos mis planes se volvieron contra mí y pensé que era ya inútil luchar”

Paul solo sonríe

¿Su familia se opuso a su partida a Europa?


-Si claro. El viaje se dio gracias a la intervención de mi tío y de un comité del Club de ajedrez de Orleáns que persuadió a mi familia. Llegue a Liverpool el 20 de junio y de inmediato tome el tren de Birmingham. Sin embargo al llegar me encontré que el torneo se había aplazado por dos meses,


Ya en Inglaterra Stauton me invitó a su casa es Streatham, recuerdo aquella estación de trenes, que según me contó Stauton se había abierto apenas dos años antes. En su hogar jugué un par de juegos de consulta. Stauton jugó asesorado por el reverendo Owen y yo por Thomas Wilson Barnes. Ganamos las partidas. Después Stauton, pospuso nuestro encuentro, para después del torneo de Birmingham, es decir hasta agosto. Yo lo tomé a mal, no me gusto el asunto, pero acepte. Fueron desesperantes las demoras y las excusas de Stauton.


Su familia le informó a usted, por medio de su amigo Charles Maurian, que no se le debía a usted permitir jugar contra Stauton, por dinero y si que era necesario, se le llevara a usted de regreso a la fuerza y así evitar una partida por dinero.


Sí, fue natural la inquietud de mi familia.


Rev. John Owen.


-Le di la ventaja de la salida y además un peón. Lo derroté con el marcador de 5-0 y dos empates.


Thomas Wilson Barnes.


-Jugué contra Barnes una serie de 27 partidas de las cuales gane 19 y Barnes ganó ocho juegos


Yo viaje a Birmingham, a finales de agosto, a tiempo para unas simultaneas con los ojos vendados en el Colegio de la Reina a finales de agosto. Al otro día Stauton me solicitó postergar nuestro encuentro, diciendo, que sus compromisos con sus editores consumían una gran cantidad de su tiempo. Molesto le pregunte: “¿Mr. Staunton, va a jugar en octubre, en noviembre o diciembre? Stauton se decidió por noviembre, asegurando que él me comunicaría la fecha exacta. Lo cual nunca sucedió. Aproveche esta circunstancia y viaje a Paris ahí derrote a Daniel Harrwitz. En fin Staunton le dio largas al asunto.

¿Usted no participo en el torneo, en este juego a ciegas, a quien enfrentó?


-Jugué contra cinco Maestros ente ellos: Jules Arnous de Riviere, Samuel Boden, Thomas Barnes, Lowenthal, y Henry Bird. Gane dos partidas, empate otras dos y perdí una.


Usted se presentó en Birmingham, Inglaterra, para competir dentro de la justa programada, pero nunca participó.

-Sí, así fue, al llegar yo al encuentro, este se había suspendido como le conté y después no intervine en ella, porque si lo hubiera hecho Statuton no se hubiese inscrito. Cuando yo no lo hice, el participó a pesar de asegurar que sus compromisos literarios le abrumaban y absorbían todo su tiempo, Además yo deseaba un encuentro directo con él. Y la suerte de definir quién era el mejor, en una sola partida no me agradaba. No me hubiese gustado que dependiera de una partida mi triunfo o el suyo. Yo deseaba un encuentro, de al menos 15 ó 20 partidas. De esta manera, las dudas de quien era el mejor, se hubiesen disipado.

Samuel Standidge Boden

-Un pintor de paisajes y crítico de arte, y uno de los mejores ajedrecistas de Inglaterra. Jugué con él en Inglaterra; le di la salida y un peón de ventaja. Le gane 5 a 0 entre nubes de humo. Lo mire fumar desde pequeños, hasta los más grandes puros.

- Hay quien dice que este resultado desanimo por completo a Stauton para jugar un encuentro con usted.

-Sí, así lo pienso.

Muy pocas partidas suyas se conocían en Europa.

-Así fue, debido a mi poca edad, los ingleses meditaban que me faltaban años para tener los suficientes conocimientos para derrotarlos. Llamaban a mi juego, interesante, bello, pero nada más allá de eso. Decían que yo no tenía la fuerza que mis compatriotas presumían.


Charles Stauton insinuaba que en Europa no existían los jugadores profesionales del ajedrez y que muchos de quienes lo practicaban, tenían que atender primero a sus carreras y profesiones.


-Yo diría que tampoco en América existe un ser que únicamente se dedique al ajedrez, que se le pueda llamar un jugador profesional. Paulsen es un corredor de tabaco, Lichtenhein vende productos secos y vinos, además su pasión es la ópera italiana, Thompson es el propietario de un magnífico restaurante, el Coronel Mead, Fiske, Perrin se dedican a otros menesteres. Howard usaba su columna semanal para la descalificación.


Son conocidos los viajes de los antiguos ajedrecistas que recorrían distancias para jugar al ajedrez. Las travesías de Il Puttino de Italia a España para jugar contra Ruy López. Susa travesías por diferentes países de Europa. Los recorridos de Gioacchino Greco, el “Calabres” es una historia de visitas a palacios y castillos para jugar al ajedrez. Incluso cuando se dirigía a Inglaterra a jugar ajedrez fue asaltado, despojándolo de todo su dinero.


-La similitud tiene algo de cierta, el ajedrez me ha convertido en un viajero de Inglaterra a Paris. Sólo que yo no me considero un ajedrecista profesional, además mi interés no es el dinero, tengo lo medios suficientes, soy un amateur. Únicamente juego por el honor y pronto ejerceré la abogacía.


Anderssen


-A sus cuarenta años, era unánimemente reconocido como el mejor jugador del mundo y todos sus rivales le consideraban un genio. Su forma de darse a conocer en el mundo del ajedrez fue muy peculiar: siendo todavía un anónimo profesor de instituto, enviaba problemas de ajedrez compuestos por él a las secciones de pasatiempos de revistas y periódicos. La composición de problemas era la ocupación favorita de Anderssen cuando no estaba trabajando. Anderssen ya había vencido a Stauton cuando yo lo conocí.


Cuente de su encuentro contra Anderssen.


-Después de ir a Inglaterra y constar el miedo de Stauton para disputar conmigo un encuentro. Decidí entonces partir a Francia, al Café de La Régence, por una suerte de coincidencias y con el apoyo de mi secretario Edge, se dio el encuentro con Anderssen. Los dos no estuvimos en las mejores condiciones físicas, el alemán jugo cansado después de un fatigoso viaje y yo me enfermé de una fuerte gripe, después de algunas sangrías que me practicaron, me sentí débil. Así y todo le vencí ganando siete partidas y empatando dos.


¿Anderssen cuantas partidas ganó?


Dos partidas.


Ajedrez Stauton.


- Stauton era un hombre célebre en ese entonces. Me parece que él se prestó a ser utilizado para promover un producto comercial. Staunton al apoyar este juego de piezas de ajedrez, ideado por Jon Jaques se convirtió en marketing, incluso a los juegos contenian su firma. Pero no sólo le hizo propaganda, sino que además arremetió contra cualquier otro diseño de ajedrez. ¡No me imagino al Maestro Anderssen haciendo propaganda de las salchichas blancas, de Alemania!


Por otro lado las piezas son refinadas, elegantes, con unas proporciones bastante bellas. El rey se simbolizó mediante una corona rematada por una cruz; la dama mediante una corona ducal; la torre es un parapeto almenado; el alfil se representa por una mitra de obispo, el caballo mediante la cabeza de un equino. En fin todas las piezas son refinadas, y elegantes. Descansan sobre un zócalo circular, compacto y ligeramente abultado.


Amigo

Sin duda Charles Maurian. Fuimos compañeros de juegos desde la infancia. Estudiamos en la misma escuela. Mi padre fue juez, el suyo es juez. En nuestra infancia él enfermo y le enseñé a Charles a jugar al ajedrez. Si lo pienso es el único alumno que he tenido. Desde entonces hemos jugado muchas partidas de ajedrez. Maurian tiene una opinión excelente del libro de Howrad Stauton “El jugador de ajedrez". Considera que es una de las mejores colecciones que existen del juego y que las instrucciones contenidas en ella, no las supera ninguna clase de publicación similar.

Maurian es un jugador de ajedrez; de lo más fino, de los mejor del Sur. Es un caballero lleno de cortesía, de modos refinados. Hay muy pocos como él.

Me desviaré un poco y le contaré la historia de la madre de mi amigo. Los padres de ella se fueron a vivir a Santo Domingo cuando ella era una niña. Poco después de llegar a esa isla, estalló una sangrienta revolución. Todos los blancos fueron asesinados o expulsados de la isla. Sus padres y ella pudieron escapar. En la confusión y la apresurada partida para salvar sus vidas, Amedée su hermano, un niño muy pequeño, se separó del resto de la familia y se quedó atrás. Fue rescatado por un esclavo y después traído a Nueva Orleáns, donde se crió hasta la edad adulta.

Por años la familia se preguntó qué habría pasado con el pequeño. El capitán de un buque francés que navegaba entre Nueva Orleans y los puertos franceses era amigo de Amedée Peychaud. En uno de sus viajes conoció a la Srta. Lasthenie Peychaud en Francia. La similitud de nombres le intrigó e hizo averiguaciones. Así fue que los hermanos por fin se reunieron cuando la señorita Peychaud viajo a Nueva Orleáns para visitar a su hermano.


Entre el grupo de amigos de Amedée Peychaud que fueron al puerto para recibir a la joven a su llegada a Nueva Orleáns estaba presente el Juez Charles quien se enamoró perdidamente de Lasthenie. Después de casarse, tuvieron un hijo, a Maurian. Esta bella mujer murió al poco de nacer mi amigo Charles.


El abuelo de usted también debió huir de Santo domingo


¡Ah lo sabe! Mi abuelo Diego vivía en Santo Domingo y como le conté en aquella revuelta de esclavos negros donde fueron asesinados 100.000 negros y 24.000 blancos. Diego escondió a su hijo en una cesta cubierta con hojas de repollo. Su esposa uso un vestido, como los que usaban las vendedoras en el mercado. Así fue como ella embarcó con el pretexto de querer vender verduras al capitán del buque. Escaparon en este barco inglés rumbo a Philadelphia. Diego los alcanzó mas tarde.


El peón.


-El peón es el más importante instrumento de la victoria.


Rey.


-El Rey es la pieza más débil.


¿Cuál es el secreto del ajedrez?


-Ayudar a nuestras piezas, muy pronto estas nos apoyaran.


Eugene Rousseau.


- Maestro francés de ajedrez, revivió el club de ajedrez de Nueva Orleáns


Algún parentesco con Jean Jacques Rousseau.


-Sí, pero lejano.


Shakespeare.


-En él se escudo Staunton para no jugar conmigo. Paul sonríe.


Recién llegó usted de Europa ha sido proclamado Campeón Mundial ¿qué piensa ahora del ajedrez?


-No es solo el más encantador y científico, sino también el más moral de los entretenimientos. A diferencia de otros juegos, en los que el lucro constituye propósito y finalidad de los participantes, el ajedrez se recomienda por sí mismo a los sensatos, merced al hecho de que sus simuladas batallas se llevan a cabo sin buscar premio ni honor alguno. Indudablemente es el juego de los filósofos. Dejad que el tablero de ajedrez sustituya al tapete verde de los naipes y en seguida se apreciará una enorme mejora en la moral de la comunidad.


-El Ajedrez nunca ha sido, ni jamás podrá ser otra cosa que un recreo. No debiera consentirse en detrimento de otras ocupaciones más serias. No debiera absorber los pensamientos de quienes le rinden culto en su santuario, sino que habría que mantenerlo en segundo término y recluido en la esfera que le corresponde. Como simple juego, como esparcimiento tras las duras pruebas a que nos somete la vida. El ajedrez merece las mayores alabanzas.


Café de la Régence.


- Situado en la Calle de la Vieja Comedia de París, se convirtió en la Capital Europea del Ajedrez. El Café de la Régence es una babel donde se hablan todos los idiomas. A ahí se reunía gente de todo el mundo, algunos leyendo, otros enfrascados en el ajedrez. Rusos jugando billar. Este lugar se encontraban: revistas y periódicos de todo el orbe. Así los parroquianos tenían noticias de su lugar de origen. La gente dentro de ese lugar lleno de humo, se dividía en dos bandos; entre quienes servían el café y entre los que lo paladeaban.Por este café han pasado personalidades del Ajedrez como: De Legall, Philidor, Anderssen, Tuve la fortuna de jugar ahí.

Los aficionados acudían en masa para ver las partidas. Durante la Revolución Francesa estas reuniones tuvieron que trasladarse al café Militar, en la calle Saint Honoré volviendo a La Régence una vez finalizada. Aquí además jugaron al Ajedrez otras personalidades como el Duque de Richelieu, el mariscal Saxe, Grimm, Jean-Jacques Rousseau, precursor intelectual de la Revolución Francesa, Robespierre, Napoleón Bonaparte, Voltaire y Benjamin Franklin, entre otros.


Sé que el recinto contiene cuatro escudos en las cornisas, llevan los nombres de Philidor, Deschappelles y Labourdonnais. La cuarta lleva la fecha de Fundación del café, y el titular ha declarado su intención de colocar en ella su nombre.

Paúl ríe y me dice no sería justo, yo no soy un jugador profesional.

Harrwitz.

-Lo conocí el Café de la Régence. Bajo de Estatura y de grandes ojos negros. Poseía una conversación sumamente ingeniosa. Este jugador prusiano vivía para el ajedrez. Las dos primeras partidas las ganó él. Recuerdo que en la primera partida me gasto una broma, después de terminar el juego se levantó, se acercó y tomándome el pulso, dijo algo así como: “Bueno, es asombroso su pulso no late más rápido que si hubiera ganado el encuentro”. En la segunda ronda el dijo después de vencerme "¡Oh, no existen problemas para vencer a este hombre." Después de esto le gane una a una todas las partidas restantes, que por cierto posponía por días. Finalmente abandono el encuentro.

n este intervalo de sus partidas con Harrwitz, jugó usted a ciegas en el café de la Régence en contra de 8 ajedrecistas: Baucher, Bierwirth, Bierwirth, Guibert, Lequesne, Potier, Préti y Seguin.

-Si fueron diez horas duras sin probar agua, ni bocado. Recuerdo que dormí de un tirón esa noche.

Después de este triunfo, fue usted acompañado por la multitud y ensalzado como un héroe

A Morphy le brillan los ojos, detrás de la humedad que inicia en sus ojos y responde: ¿Tiene usted alguna otra pregunta?

A su regreso a Inglaterra se enfrentó usted a cinco ajedrecistas connotados, pero esta vez no fue a la ciega ¿Cuáles fueron los resultados?

-Jugué en contra de: Jules Arnous de Rivière, Samuel Boden, Thomas Barnes, Henry Bird y Johann Löwenthal. Le gane dos juegos a Bird y a Rivière, empate dos con Boden y Löwenthal y perdí uno con Barnes.

Después vino la invitación de la Reina Victoria.

-Fui invitado a una audiencia privada con la Reina Victoria y tuvo el gesto de regalarme un gabinete de ajedrez que contiene un ajedrez de marfil y un tablero de piel de oveja con la firma de la soberana.

Usted ha declarado que nunca ha olvidado las partidas que ha jugado.

-Poseo una buena memoria.

La opera.

-Me agrada la música. Con ella he pasado momentos memorables. En París le gane al duque de Brunswick jugando junto con el conde Vauvenargues en su palco, en el intermedio de la puesta en escena de El barbero de Sevilla.


Si me permite voy a leerle el siguiente texto:
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En respuesta a su propuesta muy cortés para que yo visite Nueva Orleans con el propósito de encontrarme con el Sr. Paul Morphy y jugar una match, me permito mencionar que durante muchos años los deberes profesionales me han obligado a abandonar la práctica del juego casi en su totalidad. En la actualidad estas funciones son tan exigentes que con dificultad me permitió tener un día de descanso a la semana para hacer ejercicio y relajarme.


Bajo estas circunstancias un concurso de ajedrez largo y arduo, incluso aquí en Inglaterra, sería una empresa demasiado formidable para mí. Tendría que recupera mi antigua fortaleza. Debo de tomar en cuenta también mis compromisos profesionales La idea de llevar a cabo un encuentro en un país extranjero, a muchos miles de kilómetros de aquí, sólo es admisible en un sueño"

-Es la carta que Stauton envió como repuesta al club de Orleáns, ante la invitación del club a un encuentro conmigo en América.


El Newton del ajedrez.

-Es un título que me ha puesto mi asistente Frederick Edge,

Frederick Edge.

-Un joven Inglés. Un buen asistente y secretario que me apoyo en Europa. El realizó una serie de apuntes de mi gira por Inglaterra y Francia una especie de anecdotario y desea con ellos articular un libro. Hemos tenido diferencias, por no estar yo de acuerdo en la publicación de un libro cuyo título pretende sea: “ Los viajes y los triunfos de Paul Morphy”


Ha sido un excelente amigo y secretario. Sin él, quizá no hubiese jugado contra Andersen. Pero hoy no sé nada de él. Estamos distanciados. Morphy se ruboriza.

Staunton se ofreció a jugar con usted por cablegrama
.
-Así ocurrió, sólo que lo supe mucho tiempo después. Cuando esta oferta llego a Nueva Orleáns, yo, ya había partido en el barco “África” a Europa. Pero igual no se hubiera dado este encuentro, ya que el cable marino se rompió después de un mes de recibir la invitación..


A propósito de esta proeza de Cyrus W. Field, de tender un cable a través del océano, sin duda una maravilla transoceánica, un diario Ingles el Times, publicó: "Desde el descubrimiento de Colón no ha sucedido nada que en forma alguna sea comparable a esta enorme ampliación de la esfera de la actividad humana".


Otro diario comentaba: "Pero esta alegría orgullosa de Inglaterra parece sombría y tímida en comparación con el gran entusiasmo que se ha manifestado en Norteamérica al recibirse la noticia. Los negocios quedan interrumpidos, las calles invadidas de gente que pregunta, grita y discute, de la noche a la mañana".

Cyrus W. Field, un hombre desconocido, se convirtió en un héroe nacional., hasta romperse el cable, entonces el aprecio de la gente cambió y de ser un héroe, Cyrus se convirtió en un villano. La gente lo rechazó, los diarios escribieron en contra de él. Toda una ciudad, un país entero, se avergonzó de su inicial entusiasmo e iracundo hizo victima a Cyrus W. Field de su ira.

El hombre que poco antes fue considerado un héroe nacional, nombrado hermano de Franklin y sucesor de Colón. Sufrió el rechazo de quienes fueron sus amigos y admiradores.


¡Qué traicionera es la fama! Fue sorprendente esa comunicación casi instantánea. El sueño se esfumo América y Europa, volvieron a estar mudas por una lejanía y un océano insalvable.


Pierre Charles Fournier de Saint Amant.

-Fue un jugador francés de ajedrez a quien conocí el Café de la Regence en Paris. Jugué algunas partidas amistosas con él. Amant aprendió el ajedrez de Wilhelm Schlumbergera a quien, más de uno lo acusó de estar detrás la maquina, conocida como el turco.

A la muerte de Louis de La Bourdonnais, fue considerado el mejor jugador francés. Howard Staunton jugó contra Pierre y lo venció. Sólo que Amant no lo reconoció como campeón. Amant recordó al público, los seis juegos informales en había jugado en contra de Statuon en Londres, de los cuales había ganado la mayoría. Lo cual lo colocaba en igualdad, con el concurso oficial en París, donde había vencido Howard.


Pero Staunton aseguró que su derrota en París había sido un mero accidente: " je ne reconnais votre supériorité comme fait accidental." Pero poco caso hizo Saint Amant a las explicaciones.


Sí, ninguna. Howard Stauton escribió entonces a Pierre una carta, con el fin de pactar un nuevo encuentro entre los dos, además de solicitarle que estas negociaciones fuesen discretas. Pero Amant quien escribía en “Le Palamede”, una columna de ajedrez, de Paris, dio a conocer todos los pormenores de este trato, al que llamo histórico.

Lo cual molestó a Stauton. St Amant al publicarlo intentaba forzar a Staunton a romper las negociaciones. Pero este decididamente se negó, a pesar del tono insolente, de los textos de Amant. Finalmente se decidió ir a Paris, al final de octubre. Estando ahí, enfermó por el frió, contrajo una neumonía, después un recaída. Por algunos días su vida estuvo en peligro.

Esta enfermedad le dejó a Howard, una debilidad permanente del corazón. Después de tres meses en París, se vio obligado a regresar a Londres, sin haber logrado, el tan ansiado acuerdo de un encuentro con Pierre. El encono y la correspondencia, entre ellos, continuó durante seis meses más. Poco a poco se fue perdiendo la posibilidad de un encuentro entre ellos.

Estos incidentes que vivió Howard: las cartas, el tono insolente de Amant para con él, su permanencia en Paris, buscando un encuentro imposible, por la razón de que Pierre lo evadía; se asemejan, a las asperezas, por lo que usted paso, por culpa de Stauton; en pos de su anhelada competencia en contra del britanico.

Morphy se queda pensativo, sus ojos tienen un brillo, que sólo otorga la inteligencia. Su mutismo, me obliga a hacer la siguiente pregunta.


¿Fue un error de parte suya el persistir en un encuentro contra Stauton?

Morphy lo piensa y comenta Staunton publicó el acuerdo entre él y yo en el” Illustrated London News”. El partido iba a ser de 21 juegos. Esta serie de partidas iban a tener lugar después del torneo de Birmingham. Yo confiaba en su palabra.


¡Yo permanecí tres meses en Inglaterra tratando de organizar un encuentro con Staunton !Me parece que tiene usted razón; los mismos tres meses, que Howard paso en Paris tras la quimera, de un encuentro con Pierre!.

¡Pero es cosa olvidada! ¡Me han recibido muy bien en mi patria, ahora solo quiero jugar ajedrez! ¡Le daré la salida y un peón a quien quiera jugar conmigo! ¡Puede usted publicarlo!

A su regreso de sus triunfos por Europa Morphy llegó a un compromiso con su madre de que no volvería a jugar ajedrez competitivo, ni participar en torneos. Ni jugar al ajedrez en lugares públicos. La madre no quería que ni el nombre de Paúl, ni los apellidos de la familia se vieran expuestos o sus aventuras ajedrecísticas alentaran publicaciones sensacionalistas.


Morphy siguió jugando con su amigo Maurian y cuando dejó los Estados Unidos debido a la guerra civil, jugó en Francia y después en Cuba, partidas privadas. Estando en Francia rechazó un encuentro con un afamado y fuerte ajedrecista Urusoff Petroff amigo del príncipe Sergei Urusoff, el mismo que había invitado a Morphy a visitar Rusia..

En su estadía en Cuba, en casa del rico banquero, el Sr. Francisco Fesser jugó partidas de ajedrez otorgando la ventaja de caballo y salida a los jugadores: Domínguez, Golmayo, y Sucre. El español Celso Golmayo fue el mayor promotor del ajedrez en Cuba.

Esas noticias como es de suponer no aparecían en los diarios; tuve noticias de ello, por las confidencias de un amigo. Se oyó decir a este Fiscal Golmayo: “En mi muchos juegos con Morphy aún con la ventaja que me otorga, me quedó irremediablemente desconcertados por la brillantez y la complejidad de sus combinaciones, pero cuando me siento con Steinitz en igualdad de condiciones, sé que tengo una oportunidad respetable para ganar”

Morphy no tuvo suerte tras su retirada. Cuando intentó dedicarse a la abogacía estalló la Guerra Civil norteamericana, lo cual canceló su posible ejercicio profesional. Su familia se exilió y él hizo algunos viajes hasta que terminó el conflicto. Pero después de la guerra tampoco consiguió el éxito en la jurisprudencia. La gente seguía considerándole sólo un ajedrecista, su fama le precedía, hubo clientes que le contrataban; sólo para que Paul les contara sobre sus proezas dentro del ajedrez.

En julio de 1867, Morphy, su madre y su hermana, Helena, se encontraba en Paris, donde pasó los siguientes 15 meses. Ese mismo mes, en el Cercle Gran, 10 boulevard Montmartre los mejores ajedrecistas del orbe participaban en el Gran Torneo de ajedrez de París, como parte de las actividades de la Exposición Universal de París. En dicho certamen estuvo presente William Steinitz.


Por supuesto Paul no acudió a este certamen cancelándose la oportunidad histórica de un encuentro entre Steinitz y Morphy.


Después no supe más de su vida.

Pasaron más de veinte años desde mi charla con Paul Morphy. Caminando por nueva Orleáns, por donde se comercian las flores, los pasteles de arroz y se encuentra la tienda de embutidos de Himbertré, justo en la acera de enfrente, miré a un hombre extravagante en su comportamiento, un sujeto de mediana estatura, delgado de cuerpo, de piel amarillenta, que frisaba los 40 años, de barba escasa y con bigote, de ojos color gris oscuro, de mirada viva; que con distinción portaba un bello bastón.

Su vestimenta era escrupulosamente limpia, lo que contrastaba con su rostro abrumado, como el de un indigente, atormentado por las preocupaciones. Mientras este personaje caminaba, mantenía un acalorado monologo, de pronto él sonreía saludando a las personas, que solamente él veía. Después se quitaba y se ponía su monóculo y volvía a mover los labios, sonriente, hablando consigo mismo.

Sentí un estremecimiento al reconocerlo, y quede conmocionado, me parecía imposible, que aquel hombre fuese el mismo Paul Charles Morphy que yo había conocido. Me acerqué a el con la mayor de las alegrías y le comenté que yo le había entrevistado años atrás. Al oír sobre el ajedrez me dijo: “El tiempo dedicado al ajedrez es un desperdicio. Es un deporte emocionante, pero es sólo un deporte y no quiso oír una palabra más, alejándose apresuradamente de mí.

Tiempo después me enteré de la vista que le hiciera Steinitz a Morphy en su casa de Orleáns. Aunque Paúl puso como condición para recibirlo, el no charlar sobre ajedrez. (promesa que el jugador vienes no cumplió)


En algún momento de la plática Steinitz le aseguro que su presencia en su casa, se debía a que desde hacía mucho tiempo deseaba conocerlo, por ser él una leyenda viva y que había estudiado sus partidas y le hablo de la admiración que sentía por Paúl.


Steintiz le pronosticó a Morphy que pronto se repondría, que ya él había pasado por algo semejante, por culpa de una insolación. Durante semanas no me podía concentrar, no tenia energías y menos mentalidad para jugar al ajedrez. Le confesó a Paúl.


¡Intente concentrase! le aconsejó a Morphy. Pronto notara que este esfuerzo, alejara todos los problemas de su mente, yo, casi salgo de mi enfermedad y agregó haciendo un guiño a Pául: Es imposible conservar la propia excelencia en un estuche de cristal como si fuera una joya, para sacarla sólo cuando se necesita; por el contrario, sólo puede mantenerse mediante una práctica buena y continua.

Usted me indujo a entrar en la vida del ajedrez le confesó. Steinitz a Paul. Le contó que en sus principios le decían, el Morphy austriaco, además le comunicó: Usted es el más profundo conocedor de las reglas posicionales del ajedrez, yo añadí mis propias reflexiones, acerca de la dinámica de las piezas y los peones, al contrario de usted, deje atrás la brillantez en las combinaciones. Me dedique a conservar una serie de ventajas.

Wilhelm en voz baja le dijo, a Morphy, que el rey ahora era una pieza fuerte, que se usa en todo el tablero, dispuesta al ataque. Por su parte Paúl le sugirió que la táctica de Steinitz en el gambito del rey era falsa. En la charla surgió Andessen a quien los dos habían vencido. Recordaron que al maestro alemán, le disgustaba el jugar a ciegas.

Steinitz le dijo en secreto a Paúl aquello de darle a Dios un peón de ventaja. Saliendo de su apatía, con buen humor Morphy le dijo a Steinitz, que algo parecido se le había ocurrido a él: ¡Darle una torre y la salida a Stauton, quien se creía un Dios!

También supe que a la muerte de Paúl Charles Morphy, se subastaron a aquellos premios que recibió cuando ganó el primer congreso de ajedrez: el jarrón de Plata, las cuatro Copas y la bandeja de plata, con una imagen de Morphy en el acto de ganar el juego decisivo en contra de Paulsen y la leyenda "Este servicio de Plata representa a Paúl Morphy el vencedor en el Gran Torneo en el Primer Congreso de la Asociación Nacional Estadounidense de Ajedrez de Nueva York,"

Dos años después de la muerte de Paul, murió Frederick Edge. Inmediatamente, al terminar su relación con Morphy, Frederick dejo de ejercer el periodismo. Siempre considerado con Morphy, le atendía en la salud y la enfermedad, ayudándolo con su correspondencia, e incluso realizó labores como su ayudante de cámara.

Supe de la carta que escribió Edge, donde menciona que si no hubiese sido por él, no se hubieran rescatado las partidas de Morphy o su correspondencia con Staunton. Cuenta: me he encontrado siempre entre él y sus enemigos, apartándolo de las conspiraciones que han sido muchas y peligrosas en los salones de Paris. Agrega que nunca ha habido un hombre que haya servido a otro tan devotamente como él. Por Paul me olvidé de mi esposa. Lo acompañe a París. Entre yo y mi familia se alzo una barrera de frialdad. Yo no soy un jugador de ajedrez, no tengo nada que esperar de Morphy. Voy a estar con Morphy hasta que abandone Europa.


“La pereza de Morphy es tremenda, si fuera por mi se habrían perdido en el olvido todos sus actos. He tomado centenares de cartas de sus bolsillos y respondido a todas. Lo he atendido cuando ha caído enfermo, llevándolo en mis brazos como a un niño.


Yo he sido un amante, un hermano, una madre para él, lo he hecho un ídolo, un dios. Morphy es todo, es Alfa y Omega, el principio y el fin; todo lo que es grande, magnánimo, verdadero, noble y sublime.



Morphy y no abrirá estas páginas sin sonrojarse… ni las dejaría de leer sin suspirar.


Por Gabriel Capó Vidal
http://quienesjugaronajedrez.blogspot.mx/
Agosto 2015

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