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Nota 277 Partidas Memorables (49). Botvinnik vs. Portisch, Mónaco 1.969 |
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Hoy se cumplen 98 años del nacimiento del sexto campeón del mundo, “El Patriarca”, Mikhail Moiseevich Botvinnik, y con esta nota cerramos la corta serie de cinco partidas memorables de su carrera. Tras vencer a Tal en el match revancha en 1.961, Botvinnik debía defender su título frente a Tigran Petrosian en 1.963. Un match por el título mundial demanda una tremenda cantidad de energía y mucho tiempo, por lo que, antes del duelo, Botvinnik dudó entre jugar o no, pues los años pasaban y estaba cada vez más dedicado a crear un programa de ajedrez que imitara el pensamiento del ser humano, y no se basara únicamente en el cálculo. Decidió jugar, y Petrosian le arrebató la corona; Botvinnik no supo adaptarse al estilo original del armenio, que “poseía una sutil comprensión posicional y la capacidad de lograr éxito sin asumir ningún riesgo excesivo”.
A partir de 1.964 Botvinnik fue dedicándose más y más a la inteligencia artificial, considerando que crear una máquina que “pensara” como un ser humano sería también capaz de solucionar problemas de otra índole, sabía que los matemáticos eran escépticos al respecto, pero él creía firmemente (¡por supuesto!), en esa posibilidad. Botvinnik siguió jugando con éxito, aunque esporádicamente, hasta 1.970, participó cada año en las competencias por equipos de la URSS. Su última Olimpiada fue la de Tel Aviv 1.964, como segundo tablero soviético, se impuso en varios torneos holandeses, Ámsterdam 1.963, Noordwijk 1.965, Ámsterdam 1.966, y Beverwijk 1.969, además de vencer en Hastings 1.966/67, tuvo un único fracaso, en Belgrado 1.969, donde sufrió 3 derrotas y sólo terminó 7º. Poco después de integrar el equipo de la URSS que superó al “Resto del Mundo” por 20½ a 19½, en Belgrado 1.970, (derrotó a Matulovic por 2½ a 1½), jugó su última competición en Leiden, Holanda, en 1.970. Fue un cuadrangular con Spassky, Larsen y Donner, Botvinnik había sido designado Miembro Honorario del Club Leiden en 1.965, y para conmemorar el 75º aniversario del club, inicialmente ese cuadrangular iba a ser un match entre Botvinnik y Fischer. Botvinnik mostró gran escepticismo sobre su realización, pero los organizadores estaban seguros de poder lograrlo, Fischer insistía en jugar a 6 victorias, sin límite de partidas, Botvinnik consideró, a sus 59 años, que debían jugarse sólo 16 partidas, luego consintió en aumentar el duelo a 18 juegos, y todo parecía en orden. Botvinnik se preparó adecuadamente para el match, analizó cientos de partidas de Fischer, y pocas cosas le produjeron admiración de su juego, pero destacó la energía en llevar a cabo los planes y la búsqueda de juego activo a la primera oportunidad.
A último momento Fischer volvió a exigir un número ilimitado de partidas, algo inaceptable para Botvinnik, y el match no se llevó a cabo, “aparentemente ya entonces a Fischer le costaba luchar contra la barrera psicológica que le impedía comenzar una competencia”, sentenció Botvinnik. Botvinnik dejó su trabajo como ingeniero y a partir de 1.970, dejó de jugar, para centrarse en su nuevo objetivo, estaba seguro de que la máquina terminaría venciendo al hombre, algo que entonces parecía muy lejano. El mayor talento que conoció fue el de Capablanca, “era fenomenal en la evaluación de la posición y poseía una maravillosa intuición táctica”. Con respecto al ajedrez más cercano, en el libro “Siluetas del ajedrez ruso” de Sosonko, (Dancajedrez, 2.004), se citan las opiniones de nuestro homenajeado sobre la historia y sobre los grandes campeones, son lapidarias. Su escala de valores, la elección de una vida austera, dedicándose a lo que amaba, con desprecio a la acumulación de riqueza personal, queda clara en varios pasajes, recordemos algunos: Botvinnik creía que Spassky, “un gran jugador, ¡grande!, la continuación de la línea de Lasker”, iba a derrotar a Fischer en 1.972, pero que perdió “por estupidez: se sobreestimaba”, y sobre la caída del juego de Spassky tras ese match, comentó que la creatividad y el dinero van de la mano, “¿qué es más importante, el dinero para jugar al ajedrez o el ajedrez para ganar dinero?” e indicó que Spassky prefirió lo segundo y perdió interés en el ajedrez, pero “tuvo suerte al jugar ese estúpido segundo match con Fischer en Yugoeslavia y asegurarse financieramente”.
Con respecto a Karpov, consideraba que era más versátil que Kasparov, jugaba fantásticamente en los años 70, pero luego dejó de jugar con toda su fuerza, a lo que no encontraba explicación. En el libro sobre sus predecesores Kasparov habla largamente, y con gratitud, de su relación con Botvinnik, quien fue decisivo en el desarrollo de Kasparov, primero como su profesor, desde 1.973 a 1.978 Kasparov acudió a la célebre escuela de Botvinnik, y luego por su influencia determinante para que jugara torneos clave, como el Memorial Sokolsky en 1.978 y en Banja Luka 1.979. Con los años su relación se deterioró, Kasparov lo comenta de modo poco convincente, lo atribuye en parte a causas ideológicas, Botvinnik no. Botvinnik siempre estuvo en contra de los torneos a ritmo rápido; cuando el maestro y el alumno ya estaban distanciados, en 1.994, Kasparov visitó a Botvinnik para que apoyara su circuito de semirrápidas, por supuesto que no tuvo éxito (¿qué esperaba?), y posteriormente Botvinnik no fue invitado a la clausura de la Olimpiada de Moscú 1.994, que fue organizado por “La joven Federación Rusa que yo apoyaba” (Kasparov), cuyo presidente era Andrei Makarov. Botvinnik dijo que estaba acostumbrado a que la gente le diera la espada, y concluyo “a fin de cuentas no ayudé a Kasparov por sus cualidades personales, sino porque es un jugador maravilloso.”
Sobre su propia contribución al juego, Botvinnik cree que su aporte principal fue el arte de prepararse para las competencias, llegar a la valoración correcta de las posiciones gracias al análisis casero, así se desarrolla la comprensión posicional y da altos resultados prácticos. La clave de su éxito, “cuando sucedió”, puntualiza, fue superar a sus rivales en la comprensión de posiciones muy diferentes. Con su férreo carácter no es extraño que tuviera relaciones difíciles con muchos de sus rivales, pero a Sosonko le dijo “¿Si me arrepiento de algo que no he hecho bien en mi vida? Cometí algunos errores, pero no los repetí. ¿Cuáles? Bueno, es difícil decir…Algunas veces en pequeños asuntos tomé decisiones estúpidas, pero me enseñaron. En general, no, no me lamento.” Recordemos una de sus últimas obras maestras, elegida como la mejor partida del Informador Nº 5. ¡Larga vida a Mikhail Moiseevich Botvinnik! Mikhail Botvinnik – Lajos Portisch 1.c4 e5 2.Cc3 Cf6 3.g3 d5 4.cxd5 Cxd5 5.Ag2 Ae6 6.Cf3 Cc6 7.0–0 Cb6 8.d3 Ae7 9.a3 a5?! [Esta jugada debilita la estructura del ala dama, Botvinnik consideró que era mejor 9...0–0, considerado por la teoría actual como variante principal.] 10.Ae3 0–0 11.Ca4 Cxa4 [Otra jugada que Botvinnik no aprobó del todo, pues favorece el desarrollo blanco. Citó 11...Cd5 como preferible.] 12.Dxa4 Ad5 13.Tfc1 Te8 14.Tc2 Af8 [Luchar contra el plan de doblarse de torres en la columna c no se impedía con 14...b5?! 15.Dxb5 Tb8 16.Da4, pues a 16...Ab3? sigue 17.Dxc6, señaló Botvinnik, y consideró preferible la sugerencia de Smyslov, 14...Ad6 y a 15.Db5, 15...Ce7, si bien 16.Cd2 mantiene la iniciativa.] 15.Tac1 Cb8 [La idea es jugar 16...c6, que cierra la columna c, y la captura del peón lleva a la pérdida de la calidad por un solo peón..., pero "las operaciones tácticas no fueron calculadas con la precisión suficiente" (Botvinnik) En caso de 15...e4 sigue 16.dxe4 Axe4 17.Td2 Df6 18.Tc4! (Kasparov), 18…Af5 19.Db5 amenazando el peón de b7, y 20.Tf4] 16.Txc7 Ac6 [Esperando 17.T7xc6, donde las blancas tendrían compensación por la calidad, pero solo eso.] 17.T1xc6! [Elimina al defensor de las casillas blancas del adversario, unido a un cálculo preciso para justificarlo.] 17...bxc6 [A 17...Cxc6 sigue 18.Txb7 con dos peones por la calidad.] 18.Txf7! ["Pocas veces, casi en la apertura, es posible entregar una torre tras otra, es verdad que la segunda torre no puede ser capturada", comentó Botvinnik.] 18...h6 [Debilita aún más las casillas blancas, pero no valía 18...Rxf7? 19.Dc4+ Rg6 (tampoco otras: 19...Te6 20.Cxe5+!; 19...Re7 20.Ag5+, ni 19...Dd5 20.Cg5+), 20.Dg4+ Rf7 21.Cg5+, seguido de mate o la ganancia de la dama, por ejemplo: 21...Rg8 22.Dc4+ Rh8 23.Cf7+ Rg8 24.Ch6+ y mate.] 19.Tb7 Dc8 20.Dc4+ Rh8 [A 20...De6 sigue 21.Cxe5] 21.Ch4! ["Espectacular jugada decisiva, que explota las casillas débiles del adversario" (Kasparov) 21.Tf7 era también posible.] 21...Dxb7 22.Cg6+ Rh7 23.Ae4 [Amenazando 24.Ce7+ y 25.Dg8++] 23...Ad6 24.Cxe5+ g6 [O bien 24...Rh8 25.Cf7+ Rg8 26.Cxd6+ ganando.] 25.Axg6+ Rg7 26.Axh6+! Y las negras abandonaron ante 26...Rxh6 27.Dh4+ Rg7 28.Dh7+ etc.1–0 Problema Nº 277
SOLUCIÓN DEL PROBLEMA Nº 276
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Libros del GM Zenón Franco: |